Cultura

Conejero entre García Lorca y Tennessee Williams

Con 'Todas las noches de un día' Alberto Conejero funde el romanticismo con el drama psicológico

19 ene 2019 / 11:18 h - Actualizado: 19 ene 2019 / 11:25 h.
"Cultura"
  • Una imagen de la obra.
    Una imagen de la obra.

Lugar: Teatro Lope de Vega, 17 de enero

Obra: Todas las noches de un día

Producción: Pentación Espectáculos

Autor: Alberto Conejero

Dirección: Luis Luque

Intérpretación: Carmelo Gómez y Ana Torrent

Calificación: ***

Una tragedia a caballo entre el Romanticismo y el drama psicológico impregnada lirismo. Es lo que nos propone Alberto Conejero con esta obra para la que Pentación Espectáculos ha dispuesto una cuidada producción.

La historia gira en torno una curiosa relación que se entabla entre un jardinero joven y su señora, cuyo perfil nos recuerda al personaje de Doña Rosita la soltera, de García Lorca. Aunque aquí su estado de soltería encierra un misterio, un oscuro trauma que, aunque no será desvelado hasta el final, de alguna manera se intuye. Tal vez por ello Conejero juega con los tiempos del relato saltando continuando del presente al pasado, delimitando la dramaturgia como una suerte de puzzle que el espectador va montando gracias al texto, que poco a poco se va adentrando en el terreno del drama psicológico con un discurso que nos remite al teatro de Tenesy William, lo que en principio no acaba de casar con el suspense y el halo trágico que envuelve a la historia, que por otra parte no aporta nada nuevo. No obstante, gracias al lirismo y a la belleza de algunos pasajes del texto el autor jienense consigue situar la emoción en primer plano.

Luis Luque se decanta por una puesta en escena intimista envuelta con un halo de ensoñación gracias al magistral diseño de iluminación de Juan Gómez-Cornejo y la sugerente música de Luis Miguel Cobo. Aunque todo ello no hubiera sido suficiente para salvar la densidad del ritmo si no fuera por la soberbia interpretación de Carmelo Gómez y Ana Torrent, dos intérpretes en estado de gracia que elevan al máximo el potencial emotivo del relato.