La comisaria de la exposición, Cynthia Young, da hoy una conferencia a las 19 horas, dentro de las actividades complementarias a la exposición, y al precio de 4 euros. Una forma más de acercarse a la vida y la obra de Robert Capa (nacido como Endre Erno Friedmann, Hungría, 1913 y muerto en Indochina en 1954).

Tras huir de su país siendo un adolescente, se trasladó a Berlín, donde se inscribió en la universidad. Fue testigo del ascenso de Hitler, lo que lo llevó a mudarse a París, ciudad en la que cambió su nombre y se convirtió en fotoperiodista. Los reportajes que dedicó a la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos bélicos le valieron el reconocimiento internacional y ser considerado el máximo especialista de la fotografía de guerra del siglo XX.

Excepcional testigo de los acontecimientos de su tiempo, Capa fue, sobre todo, un contador de historias. Sus fotografías bélicas no se limitaron a registrar los momentos de conflicto, sino que también se centraban en las personas, tanto civiles como soldados, antes, durante y después de la batalla. Le interesaba comprender la situación con la gente del lugar, con quien establecía una fuerte conexión: conocía a las personas, hablaba con ellas, era invitado a sus casas... Esta concepción del oficio fotográfico, de gran implicación en sus temas y de prodigiosa capacidad narrativa, se esconde también detrás de la galería de fotos en color que Capa dedicó a la vida animada y de ocio en los años de la posguerra. Fue en 1938, solo dos años después de que Kodak desarrollara el Kodachrome, cuando comenzó a experimentar con el color en China, donde estaba cubriendo la guerra chino-japonesa.