Contenedores abre el telón y suena un piano durante 18 horas seguidas

El Festival arranca hoy en el Espacio Turina con la obra ‘Vexations’ de Satie como reclamo central de su programa

01 jun 2017 / 14:51 h - Actualizado: 01 jun 2017 / 21:49 h.
"Música","Conciertos","Arte","Artes plásticas"
  • El Espacio Turina, sede principal de Contenedores, acogerá la interpretación de ‘Vexations’, de Satie. / El Correo
    El Espacio Turina, sede principal de Contenedores, acogerá la interpretación de ‘Vexations’, de Satie. / El Correo
  • Contenedores abre el telón y suena un piano durante 18 horas seguidas
  • El artista Joan Casellas. / El correo
    El artista Joan Casellas. / El correo

«Yo hago lo que debo de hacer», dice Rubén Barroso, director del Festival Contenedores, parafraseando al gran experimentador (musical) del siglo XX, John Cage. Por eso un año más vuelven a aparecer, como puestos por delante, estos Contenedores que se celebrarán desde hoy y hasta el lunes próximo. «Este es un evento que va a lo suyo, un festival de arte actual mucho más allá del arte y de la actualidad, porque la actualidad es muy tirana», reflexiona clarividente Barroso.

Lo insólito volverá a tener un espacio casi sagrado en esta edición, especialmente sonora, con la interpretación completa de Vexations, una composición pianística de Erik Satie (1866-1925); una pieza de solo 18 notas y de apenas 80 segundos de duración que ha de ser interpretada 840 veces seguidas; lo que pone su duración total en unas 18 horas y 40 minutos de ejecución continua. La obra, que fue descubierta tras la muerte del iconoclasta Satie, fue interpretada en su integridad por vez primera en un concierto organizado por John Cage en 1963 en Nueva York. La entrada costaba cinco dólares, y al público le ofrecían un reembolso de un centavo por cada 20 minutos que estuviera en el concierto. «Esto no es un concierto, ni una maratón, ni nada que se le parezca; esto es una experiencia», comenta Barroso al respecto del acontecimiento que tendrá lugar mañana sábado, en el Espacio Turina, ininterrumpidamente desde las 09.00 horas y hasta las 03.40 de la madrugada.

«Siempre he incluido lo sonoro en mis acciones. No soy músico, soy un no-músico. Me interesan muchísimo las derivas del sonido que se esparcen en caminos insospechados», reflexiona Barroso, quien con motivo de esta edición ha editado un nuevo número de la revista Casos de Estudio, titulado Bajo el sonido: Músicas, ruidos y performance. En total, Contenedores 2017 ha contado con un presupuesto de unos 15.000 euros sustentados por el ICAS del Ayuntamiento de Sevilla y diversas aportaciones. «Siempre pido más de lo que me dan. Pero Contenedores continuará, porque esto no es una empresa, no es un negocio, Contenedores es una actitud, y las actitudes y los compromisos no se cambian», dice el responsable de un evento que cumplirá en 2018 la mayoría de edad.

El encuentro será inaugurado esta tarde, a las 20.30 horas, por Los Torreznos, que realizarán la acción La Cultura. «Explicar qué hacen es un poco absurdo; ellos entran dentro del más puro arte conceptual; son gentes que cuentan cosas, y eso es lo esencial», acota Barroso. Si se le piden más explicaciones insiste en el circunloquio: «Un crítico dijo que Lola Flores ni cantaba ni bailaba pero no había que perdérsela. Lo mismo con Los Torreznos».

En el hall del Turina intervendrá antes el artista Juan Isaac Silva con la instalación acción Gestos cotidianos #1. «Lo más fascinante de él es entender cómo una persona que ha sido sorda desde los tres años llega a convertirse en un creador del sonido. Empezó a interesarse en él cuando, ya adulto, tuvo la oportunidad de volver a escuchar»», cuenta. Otro nombre clave de las artes a contramano es Joan Casellas, que mañana a las 20.00 horas ofrecerá una presentación accionada –si es que tal cosa existiera– del Archivo Aire, un monumental catálogo del arte de acción y la performance en el estado español. El domingo por la mañana, algunas horas después de que el piano enmudezca tras casi 24 horas sonando, Contenedores recibirá a la Asociación de música electroacústica y arte sonoro de España (Amee), que propondrá a las 12.30 del mediodía una audición de trabajos de diversos compositores.

«Si alguna vez Contenedores ha estado cerca del espectáculo esta edición que ahora comienza podría decirse que representa una reducción al mínimo del show. Esto es una postura política», insiste Barroso; quien comanda uno de los certámenes más personales y militantes de cuantos pueblan el mapa cultural patrio. El Festival se completa con la grabación de un programa de Ars Sonora, de Radio Nacional de España, temático sobre esta cita; y que grabará en Sevilla el director del mismo, Miguel Álvarez-Fernández; y con una conferencia-audición el lunes día 5, en el Cicus de la Hispalense, a cargo del periodista de El Correo de Andalucía, Ismael G. Cabral, El ruido nos transforma, una sesión de escucha alrededor de músicas especialmente decibélicas.

«Contenedores hoy es igual pero no es igual que antes. Se han abierto más caminos, se ha expandido; yo creo que es una cosa lógica de cualquier festival; que en este caso va con los tiempos, con los tiempos personales míos», ironiza Rubén Barroso. «Sigue siendo lo mismo que antes; pero creo que durante los primeros 15 años se cubrió una faceta, y ahora sigo cubriendo esa faceta y otras más». Porque no hay que olvidar cómo comenzó esta retahíla de letras: Contenedores es un festival que va a lo suyo. Y por el camino ha encontrado a un público atento y curioso dispuesto a dejarse asombrar incluso por una obra que dura 18 horas y 40 minutos.