Si usted pasó por alto –craso error– un poemario como Los pájaros, el debut poético de Andrea Bernal, ahora está a tiempo de enmendarse con Adiós a la noche (La Isla de Siltolá), donde esta madrileña de 1985 vuelve a reivindicarse como una de las voces más destacadas de la nueva lírica española.
Según comenta, el libro «nace de una sensación y un momento vital muy distinto al de Los pájaros. No soy capaz de hablar de si es mejor o peor, pero nace de una conciencia diferente, y sí de más madurez vital», comenta. «Al igual que Los pájaros tiene cierta dureza difícil de definir, como una especie de peso del mundo que nos rodea que me preocupa y creo que intento expresar».
«Es un libro que puede tener la apariencia de más oscuro por su título», prosigue la autora. «En el fondo está lleno de cambios de estado, de amor y desamor, de pérdida, pero también de esperanza. Decirle adiós a la noche es decir adiós a un cambio de estado. Juego con esa dualidad, luz-oscuridad, día-noche, que tenemos en la vida», agrega.
«Adiós a la noche,/ otras de piedra vendrán,/ y estarán en silencio los dioses,/ y los muérdagos acurrucados/ verán levantarse los bosques...», escribe en un poema. Sobre su pertenencia a una nueva promoción de poetas, Bernal se identifica más como un verso suelto. «No sé cuales son mis temas, nunca los identifico. Sé lo que tiendo a hablar de la naturaleza porque su pérdida a todos los niveles –también naturaleza humana– es algo que me inquieta. Pero en el fondo manifiesto como un peso existencial, lo dejo en el papel y juego con él y dejo que me lleve a donde quiera llevarme».
Sobre las ventajas o inconvenientes de llegar a la poesía a estos alturas del siglo XXI, Andrea Bernal opina que «no creo que sea sencillo, pero hay gente que consigue publicar. También las redes sociales son un medio muy potente y creo que nuestra generación juega mucho con eso. Darse a conocer quizá es fácil, sacar un buen libro adelante no lo es tanto. Aún así creo que hay muy buenos poetas de mi generación», agrega citando, entre otros, el nombre de Elena Medel.
¿Próximos proyectos? «Estoy escribiendo relatos. Y más poesía: un esbozo de algo que he llamado Todo lo contrario a la belleza», concluye.