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El grupo The Soloist of London ofrece este fin de semana dos conciertos clásicos en el Espacio Turina de Sevilla. / El Correo
El grupo The Soloist of London (Los Solistas de Londres) no existiría sin la Expo’92 y sin la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules. Nos explicamos: Su fundador, el contrabajista Matthew Coman formó parte de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla durante sus cuatro primeros años de historia. Luego ingresaría en la Filarmónica de Londres y, 15 años más tarde, una estancia vacacional en la sierra de Cádiz acabaría por convertirse en el lugar de residencia fija del músico. Es entonces cuando concibe la idea de formar el grupo que hoy y mañana actúa, a las 20.30 horas, en el Espacio Turina, con un programa que combina partituras de Mozart, Schubert y Brahms.
«Llevamos doce años tocando por toda la provincia de Cádiz, donde somos muy conocidos. The Soloist of London lo integran una plantilla variable, de seis a 15 músicos, provenientes de algunas de las orquestas más importantes de Europa como la Academy of St Martins in the Fields o la Philharmonia Orchestra», explica Coman.
«Salvo yo, que vivo aquí, todos los demás vienen por amistad y porque, acostumbrados a tocar siempre a estar de gira y en grandes auditorios, hacer conciertos en pueblos de una provincia andaluza es una experiencia muy enriquecedora para ellos, ¡y muy diferente!», dice. Apasionados de la música de cámara, abordarán en ambos recitales dos Conciertos para piano de Mozart (K426, y K414) con una plantilla muy reducida: «Siempre se tocan con orquesta, pero es muy interesante escucharlos en este formato tan íntimo», dirá.
Junto a las obras del compositor de Salzburgo, también pondrán en los atriles el Quinteto ‘La Trucha’, de Schubert; y el Quinteto con piano Op. 34 de Brahms. «Nuestro repertorio es fundamentalmente clásico romántico; es donde nos sentimos más cómodos y, teniendo en cuenta que nuestro público habitual no está familiarizado con la música clásica, consideramos que debemos dar a conocer estas grandes obras maestras», argumenta Matthew Coman.