Del Toledo del siglo XI al desengaño socialista

El sevillano Evaristo Laguna publica ‘El heredero de Abdel’, premio Felipe Trigo de novela

04 ago 2017 / 10:58 h - Actualizado: 04 ago 2017 / 11:00 h.
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Vecino de Mairena del Aljarafe, Evaristo Laguna se alzaba recientemente con el prestigioso premio Felipe Trigo con su novela El heredero de Abdel, protagonizada por un hidalgo, don Fernando, que, acostumbrado a la vida monacal, cae en los excesos de la corte.

«La novela nace en unos momentos personales muy intensos, de muchos, demasiados quizás, intereses intelectuales y, también y por descontado, muy caóticos», recuerda el autor. «Temas filosóficos, sociales, políticos, religiosos, sentimentales... Quizás uno de los aciertos más reconocidos de El heredero de Abdel es que consigue unir en varias épocas y desde varios puntos de vista cuestiones muy diversas de una manera muy racional y accesible, creando y manteniendo un interés constante y creciente en el lector».

El escenario es Belhaez, un pueblo andaluz ficticio, aunque «es inevitable que Belhaez se inspire y tenga elementos de pueblos tan distintos como Écija, Aracena, Carmona, Úbeda, Cazorla, Guadix, la Alpujarra... Belhaez es un pueblo con importantes reminiscencias árabes e hipotéticamente ubicado en una zona inconcreta y muy amplia que iría desde las serranías subbéticas, entre Jaén y Granada, y quizás hasta Almería, los últimos territorios nazaríes. Como un personaje más, Belhaez evoluciona y es el nexo de las dos tramas principales y los dos momentos históricos que conforman la novela».

Como se ha dicho, la novela tiene su costado histórico y su parte contemporánea. «Todo relato necesita un escenario histórico, aunque sea inventado. En este sentido El heredero de Abdel, sin ser una novela histórica al uso, utiliza muchos momentos y personajes históricos que solo son una excusa para disponer las épocas y dar verosimilitud a unos acontecimientos ficticios. La novela tiene su comienzo en Azarquiel, un astrónomo que vivió en Toledo en el siglo XI y cuyos conocimientos de cometas aventajaría en 700 años a Edmund Halley. Aprovecha luego las repoblaciones del oriente andaluz tras la retirada de Boabdil, a principios del XVI. Toca temas más contemporáneos como el conflicto entre israelitas y palestinos y, finalmente, también asuntos nacionales de los pasados noventa para ofrecer una visión de los últimos años de aquello tan controvertido de El Cambio que se inició en 1982 con el socialismo de González y el posterior desencanto que aún a muchos nos dura», dice.

«El lector curioso podrá reconocer y consultar muchos datos y personajes reales, a los que la novela guarda fidelidad absoluta. No obstante, la historia, como ya dije, nace de la necesidad de organizar muchas inquietudes que, finalmente, logran su razón gracias al ciclo de una estrella errante, también real, el Hyakutake, que en su día, allá por 1996, dio mucho que hablar y que muchos seguimos con curiosidad y atención», concluye.