No es fácil llevar una novela al teatro, sobre todo cuando, como es el caso de esta obra, se trata de una narración sumamente intimista, de ahí que, a pesar del derroche de maestría de José Sacristán como intérprete, esta adaptación resulte un tanto fallida.
Y es que, tal vez por fidelidad a la obra original, la dramaturgia presenta una fuerte carga narrativa que resta tensión dramática a la historia. En ese sentido no se entiende muy bien la elección del monólogo. En la novela original, el narrador se dirige directamente a su hija Ana, que estaba en la cárcel durante el proceso de enfermedad de su madre, y es justo ese hecho lo que justificala narración, con la que Delibes lleva a cabo un hermoso acto de amor a su esposa fallecida en 1974, a quien perfila con un retrato idealizado, tal vez demasiado. Aunque podría decirse que lo compesa ya que la imagen que nos queda de ella tras su narración no coincide en nada con la del ama de casa, esposa y madre de familia numerosa que propugnaba el régimen franquista.
La puesta en escena se ajusta a la condición intimista del relato con un espacio escénico tan sugerente como evocador que enfatiza el hecho teatral. De la misma manera, José Sacristán reviste de teatralidad su interpretación haciendo uso de toda una gama de recursos, tanto en el uso de la voz como en el de la expresión corporal y las acciones, tan precisas como ajustadas a la narración. Pero a pesar de su maestría no consigue dotar de tensión dramática a su relato. El ritmo es plano y la dramaturgia, a pesar de la belleza de algunas frases, resulta un tanto densa y tediosa.
Lugar: Teatro Lope de Vega, 17 de mayo
Obra: Señora de rojo sobre fondo gris
Autor: Miguel Delibes
Producción: Sabre Producciones, Pentación Espectáculos, TalyCual y AGM
Adaptación: José Sámano, José Sacristán e Inés Camiña
Intérpretación: José Sacristán
Calificación: **