El peral salvaje (***)
Título original: Ahlat Agaci
Turquía 2018188 min.
Dirección Nuri Bilge Ceylan
Intérpretes Dogu Demirkol, Murat Cemcir, Hazar Ergüçlü, Bennu Yildirimlar, Serkan Keskin
Sección oficial
Con películas tan reconocidas en su filmografía comoLejano, Tres monosoSueño de invierno, el realizador turco más internacional, Nuri Bilge Ceylan, recala ahora en la sección oficial del Festival de Cine de Sevilla con un trabajo intenso y exhaustivo sobre una difícil relación entre padre e hijo que ha necesitado tres horas de verborrea incansable para dar sus frutos. La incontinencia verbal a la que Ceylan somete a sus personajes, y que sirve tanto para desarrollar las ideas sobre las que se sustenta su trama como para poner en tela de juicio muchas de las cuestiones que preocupan a su director, provoca esa extrema duración, posiblemente el mayor escollo que encuentra la cinta para llegar a un mayor número de público. Un joven con vocación de escritor regresa a casa tras licenciarse en la Universidad y choca con su padre, al que detesta por hábitos que no resultan coherentes con su preparación como profesor y su carácter trabajador. Ceylan se preocupa en su última película por una generación de jóvenes europeos que no parecen encontrar su sitio en la sociedad, a los que la desidia y la falta de ilusión les ha robado la motivación, y que encuentran en la generación de sus padres el reflejo de una realidad con la que no se sienten identificados. Con un manejo excelente del encuadre y la planificación, y una fotografía luminosa como suele ser habitual en sus películas, Ceylan pasea a su protagonista por espacios rurales y urbanos que le llevan a entablar conversaciones de todo tipo con una variopinta fauna de gente, entre las que destacan un escritor de éxito con el que emplea un cruel sarcasmo y unos jóvenes amigos que se plantean el valor de la religión y la espiritualidad en una sociedad que ven paulatinamente desmoronarse. En su largo y lento desarrollo, salpicado de una elegíaca transcripción de Stokowski sobre unapassacagliade Bach, el director juega a despistarnos en más de una ocasión, con trucos efectistas y generalmente censurables que se justifican en la pesadilla y la falsa apariencia. Al final nos queda pensar si quizás el realizador es más reaccionario de lo esperable cuando parece que nos esté criticando el cinismo que provoca la educación frente al más sano conformismo que genera la disciplina, cuando el joven reacciona adoptando decisiones más cerca de valores castrenses que puramente intelectuales.