Cuentan quienes le conocen que Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) tiene debilidad por los lectores de sus primeros libros, antes del éxito de Soldados de Salamina. Uno de ellos, el director Manuel Martín Cuenca, rueda estos días en Sevilla la adaptación a la gran pantalla de la primera de sus novelas, El móvil.
«Son obras a las que tengo afecto», admite el autor. «Lo que pasa desde Soldados es que aparece un elemento, la Historia, la política, a los que se me asocia. Pero mis primeros libros eran los de un escritor posmoderno ortodoxo, son novelas irónicas, humorísticas, fantásticas... Y ahora la gente no em asocia a eso para nada. Son libros muy metaliterarios, pero sin ellos no hubiera podido escribir los posteriores», agrega.
«Hay también una forma de aprendizaje», prosigue Cercas. «El móvil era en principio un libro de cinco relatos. Cuando lo reedité, yo ya sabía que quería cargarme cuatro de ellos; no porque fueran malos, sino porque eran derivativos. Aún no había asimilado mi voz. El móvil fue el primer texto en el que dije ‘este soy yo’. me he dado cuenta de que en este libro está el germen de todo lo que he escrito», afirma.
La adaptación de la obra corre a cargo del propio director junto a su co-guionista habitual, Alejandro Hernández. Con Javier Gutiérrez como protagonista, la película recrea los conflictos internos de un novelista en ciernes que, obsesionado por escribir una gran obra, convertirá su realidad más próxima en ficción. Álvaro iniciará así un camino sin retorno que le llevará a manipular a los que le rodean traspasando los límites de la privacidad e inmiscuyéndose en su vida sin escrúpulos, mientras lucha contra su frustración como escritor.
«La literatura habla de las cosas fundamentales, de las viejas verdades del corazón que diría Faulkner. Y para eso puedes servirte de un escritor como de un astronauta. En todo caso, mis novelas son siempre autobiográficas, de un modo u otro», dice Cercas, a quien por otro lado le gusta siempre mostrar su cocina de escritor. «El proceso forma parte de la obra. Italo Calvino decía que mostrarlo forma parte de la obligación moral del escritor, no ocultar cartas al lector. El descubrimiento del proceso es una forma de honestidad, aunque no creo que Flaubert sea deshonesto por no hacerlo».
María León, Antonio de la Torre y los actores mexicanos Adriana Paz y Tenoch Huerta (ganadores de sendos premios Ariel) arropan a Gutiérrez en un reparto que se completa con numerosos actores andaluces. A Cercas ni siquiera se le ha pasado por la cabeza meter mano en el guion, porque, asegura, «aunque alguna vez me lo han propuesto, siempre he dicho que es otro género. No me veo, no me interesa. El cine es muy complejo, y de la escritura lo que me encanta es precisamente que controlo todo», apunta.
En este momento, Cercas tiene otros dos proyectos de adptación al cine, uno sobre El impostor, a cargo de un cineasta francés,y otro sobre Las leyes de la frontera. Asevera que los resultados siempre son una incógnita: «El mundo literario es literario, y punto. Pero es una partitura, que el cineasta o el director teatral pueden interpretar. Sin embargo, trasladarla al cine es materialmente imposible, porque mi novela transcurre en la cabeza de los lectores, cada uno que ha leído algo distinto. Si una novela es lo bastante buena, si no da respuestas nítidas, claras, taxativas, entonces puede funcionar», añade. «Cuanto más literario sea un director, más peligro corre».
El rodaje, que comenzó el pasado 21 de septiembre, transcurrirá durante 7 semanas en Sevilla, ciudad que se convierte en un personaje más de la película. Como ya es habitual en las producciones de Martín Cuenca, Andalucía, y en este caso Sevilla, tienen un papel destacado en el desarrollo del largometraje.