En el programa de mano de este espectáculo musical aparece un pequeño texto, y el autor –desconocido, por cierto– nos dice queDelirium Tremens va a ser un proyecto vivo, único y sin precedentes en la historia del flamenco”. O sea, que Rosario La Tremendita acaba de inventar un flamenco de ella, quiero entender. La cantaora de Triana tiene un gran talento, lo tenía ya de niña, cuando asombraba por su desparpajo y descaro y afinaba como un violín. Es una buena artista, de esto no me cabe la menor duda, que además de cantar compone música y letras y toca varios instrumentos. Digamos que es una creadora, y eso es destacable en una época de grandes y aburridos copistas mairenistas, morentiatas o camaroneros. Tiene su sello, pero de ahí a que haya creado algo sin precedentes en la historia del flamenco, la verdad es que va un abismo. Y eso es lo que nos dice el misterioso autor del texto, que vaya usted a saber si es uno de sus fans.

Dijo la artista en el escenario que esta obra es algo así como el placer que le habían negado siempre. ¿Quién le había negado ese placer? Se referiría a que estuvo metida muchos años en esa especie de mazmorra que para muchos es el cante tradicional, una atadura cruel. A La Niña de los Peines no la dejaron mudarse a la canción andaluza, que la bordaba, decidió meter las canciones y los cuplés por bulerías y formó una revolución que todavía dura. Pero La Tremendita ha decidido hacer rock aflamencado adobado con otras músicas, y hasta se ha atrevido a crear un palo nuevo, el afropolo, mezcla del polo tradicional y la música africana, supongo. Y la valeriana, que, según ella, proviene de la mariana; un buen chiste, sin duda.

No le quito su mérito al disco y al espectáculo, pero no creo que llegue a ninguna parte con esto, entre otras razones porque no es algo musicalmente novedoso. Es cierto que interpreta estilos como la taranta, los tientos, las soleares alfareras, las serranas, los tangos y las bulerías, entre otros. Como lo es también que con tanta música apenas se le entendían las letras y que lo que parecía flamenco era en realidad una ristra de canciones disfrazadas de flamenco. Porque es imposible hacer arte jondo de verdad de esa manera, salvo que fueras Caracol, Camarón, Lebrijano o Morente, que fueron cuatro grandes genios del cante.

Sin embargo, este es el flamenco que quieren imponer los nuevos flamencólicos, a veces con el apoyo de la Junta de Andalucía y de este ciclo, Flamenco viene del Sur, que también podría llamarse Flamenco se va del Sur, por la línea que parece querer seguir. El teatro Central estaba lleno y había muchos jóvenes aplaudiendo, y silbando como silban en los conciertos de rock. La Tremendita contó con un público forofo al que dio lo que buscaba: una obra musical interesante, con partes de mucho mérito, pero poco apropiada para este ciclo.

Ficha técnica:

Flamenco viene del Sur. Delirium tremens, de Rosario La Tremendita. Batería: Pablo Martín Jones. Contrabajo y bajo: Pablo Martín Caminero. Entrada: lleno. Teatro Central de Sevilla, 20 de febrero de 2018. Calificación: ***