Menú

El doble de arte

El récord de visitantes en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y las nuevas incorporaciones de obras, duplicando las que había hace cinco años, centran el balance de un 2017 que anhela despedirse de las vacas flacas

28 dic 2017 / 19:36 h - Actualizado: 29 dic 2017 / 09:29 h.
"Arte"
  • El director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Juan Antonio Álvarez, y el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, ayer en el taller de restauración del CAAC. / Reportaje gráfico: Jesús Barrera
    El director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Juan Antonio Álvarez, y el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, ayer en el taller de restauración del CAAC. / Reportaje gráfico: Jesús Barrera
  • Labores de uno de los técnicos de la casa sobre una de las obras del taller.
    Labores de uno de los técnicos de la casa sobre una de las obras del taller.
  • Las piezas más insólitas se pueden encontrar en estas instalaciones del centro cartujano.
    Las piezas más insólitas se pueden encontrar en estas instalaciones del centro cartujano.
  • Caja con tres cedés para una obra del andaluz Javier Artero.
    Caja con tres cedés para una obra del andaluz Javier Artero.

Arriesgándose a que el acto se interpretara como una inocentada –y de las gordas, porque no es común que la cultura genere en Sevilla buenas noticias a pares–, el consejero del ramo, Miguel Ángel Vázquez, y el director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), Juan Antonio Álvarez, se citaron ayer con la prensa en un lugar igualmente insólito –el taller de restauraciones de esta institución, donde al parecer nunca antes habían entrado periodistas, ni siquiera los más necesitados de retoques– para dar dos alegrías a la concurrencia: una, que este año se van a superar las 200.000 visitas al CAAC, lo cual es todo un récord; la otra, que las 154 nuevas obras incorporadas en 2017 a la colección de este centro cartujano suponen que en apenas cinco años se han duplicado dichos fondos, como apuntó el director Álvarez: «A principio de la década de 2010 teníamos no llegaban a dos mil obras, y ahora mismo la colección es de casi cuatro mil, 3.972 en concreto. Y eso, a pesar de las dificultades».

Si este estaba contento ayer, el consejero de Cultura no se quedaba atrás. «En lo que va de año llevamos 217.252 visitas, un 22 por ciento más que el año anterior», explicó Vázquez, «con lo cual hemos crecido y hemos crecido bien, y eso es fruto, en primer lugar, del buen trabajo que se hace en el CAAC, donde se combinan exposiciones de muchísimo nivel y sobre todo exposiciones temporales muy atractivas para el público. Han sido diez; yo voy a reparar en dos, pero todas han sido de la misma calidad: la retrospectiva de Luis Gordillo y Arte y cultura en torno al 92. Esto no es una cuestión casual: se viene produciendo año a año», afirmó. «Desde el año 2010 hasta la fecha hemos recibido un incremento del 80 por ciento de visitantes, lo que demuestra que la excelencia tiene la respuesta positiva del público» y que se están «recogiendo los frutos», aparte de colocar al centro como «uno de los de vanguardia y de referencia de la creación moderna y del arte contemporáneo». Con respecto a las nuevas obras incorporadas a través de adquisiciones, donaciones y depósitos, el consejero destacó que «esto significa que tenemos muchas posibilidades de seguir aumentando las visitas porque tenemos mucho que ofrecer al visitante». Y una moraleja: «La conclusión de todo esto es que cuanta más excelencia, más calidad y un trabajo serio y riguroso por parte del equipo humano que dirige Juan Antonio Álvarez, más se traduce en un incremento de las visitas».

Curiosa estampa, la de Vázquez y Álvarez allí en el recoleto taller, con sus guantes de restaurar bien calados, como si fuesen a desembalar a un señor dispuesto a marcarse una performance o algo por el estilo. El director del CAAC, que siempre procura estar sonriente así truene o ventee, ayer no tenía que forzar el gesto. «Son unos datos de los que estamos bastante satisfechos y agradecemos a la Consejería de Cultura y al consejero su apoyo», dijo. Para la adquisición de 17 obras de 10 artistas se han invertido 102.000 euros, lo cual «es un dato importante, porque por primera vez en los últimos años, debido a la crisis, es una partida –la de adquisiciones– que se tuvo que ir reduciendo y que este año se ha recuperado y que en los presupuestos de la Junta de Andalucía, que se aprobaron recientemente, el año que viene vamos a tener también una partida presupuestaria similar para seguir adquiriendo obras». Son firmas de artistas internacionales pero también, precisó, de autores andaluces. «A mí me interesaría destacar la de Haris Epaminonda», subrayó Juan Antonio Álvarez, «una de las artistas internacionales más destacadas, y la de Oliver Ressler, que se titula Take The Square, Toma la plaza, que habla sobre la constitución política del presente y que es una obra audiovisual y que ha adquirido por ejemplo el Pompidou de París, para que se vea la importancia de las adquisiciones que se están haciendo». En cuanto a la creación andaluza, se han comprado piezas de artistas «algunos de una larga trayectoria e incluso fallecidos, como Nacho Criado, a quien dedicamos una antológica no hace mucho tiempo, pero también artistas de las nuevas generaciones porque también esa es una de las misiones del CAAC; estoy pensando en Javier Artero, en Gloria Martín, en Leonor Serrano, Rogelio López Cuenca y Elo Vega, de los cuales hemos adquirido obras. Pero también hemos obtenido muchas donaciones. Hace años hicimos un plan muy activo para obtenerlas, siempre aprobadas por la comisión técnica que es la que estudia todas las donaciones al CAAC, y ahí hemos tenido también 67 obras», caso de las dos que ha entregado Luis Gordillo –una de la década de los setenta y otra de comienzos de este siglo, que eran dos períodos de los que no se tenía nada de él, con lo que se tapan algunos huecos del abundante conjunto que se tiene de este autor–, las tres del colectivo ruso Chto Delat y dos obras de Guillermo Pérez Villalta que se unen al legado del artista que ya custodiaba el CAAC y del que está previsto que se muestre una amplia selección el año que viene en Tarifa, su ciudad natal. No obstante, el conjunto más destacado de 2017 y equiparable por su número e importancia al legado de Pérez Villalta es el del pintor sevillano Gerardo Delgado, que ha donado 42 piezas de diferentes etapas creativas. Y en materia de depósitos, 72 nuevas obras: 45 del colectivo malagueño Agustín Parejo School y 27 del colectivo ya mencionado Chto Delat.

Cartas muy especiales

La razón de citar a los medios de comunicación en el citado taller restaurador era, aparte de por mostrarlo de una vez, por evidenciar el material tan distinto con el que se trabaja en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en comparación con el del común de los museos. Nada de torsos de cedro a medio encolar, nada de bastidores desmontados y señores con algodoncitos limpiando las pátinas del óleo, nada de rayos equis ni de pintura. En su lugar, pendrives, discos duros, cedés, artilugios metidos en plásticos... que en la mayoría de los casos, como explicó Álvarez allí mismo sobre la marcha, «no es la obra en sí: la obra en sí es lo que acaba siendo una vez que se instala, pero para que veáis cómo es. O esta de Javier Artero, que es andaluz», dice, señalando una caja con discos que contienen una obra audiovisual. «Y esto que tenemos extendido por el resto de la mesa», agrega, señalando unos folios protegidos por fundas de plástico, «es una obra que a nosotros mismos, los especialistas en arte contemporáneo, nos resulta difícil de clasificar, como nos ocurre a veces; pero es una obra que consistió en una serie de cartas que David Bestué y Marc Vives enviaron a un montón de gente de su entorno, personas que conocían. Ellos son artistas que viven entre Barcelona y Madrid y hay una carta a Jordi Pujol, con el que se encuentran en el aeropuerto de Reikiavik, en Islandia, se hacen una foto con él en un momento de fetichismo y después se la devuelven porque en realidad tampoco les interesaba tanto hacerse la foto. Ahí hay otra carta que me gusta mucho y que dirigen a la Agencia Tributaria, a mí esa me ha llegado: le dicen que, como artistas que son y con lo complicado que es, a ver si les pueden eximir de pagar la cuota de autónomos; y en cualquier caso, les dan su número de cuenta, aunque ellos saben que la tienen, por si acaso quisieran hacer algún donativo. Hay cartas a Monserrat Caballé; a Javier Godó, el conde de Godó, al que le envían el pomo de la puerta de su baño, que entonces compartían, para pedirle un intercambio y que el conde les enviara el suyo. Son obras performativas, acciones, pero las hacen a través de un medio tradicional como es el epistolar. De hecho hay una carta que está ahí, la más pequeñita, que dirigen a Correos, y le dicen que aunque saben que no tienen futuro, porque las cartas ya se mandan muy poco, cuentan con toda su solidaridad porque es un medio que les gusta mucho». Se ve que a la gente, que cada vez va en mayor número, también les conmueven estas y las demás historias, muchas de ellas igual de insospechadas, que se cuentan y que van creciendo en este rincón de Sevilla por encima de cualquier inocentada.