En 2008 un delegado de Cultura que soñó lo imposible anunció que el viejo Polígono Hytasa se iba a convertir en «un polo de referencia de la creación y la producción escénica al nivel de ciudades como Berlín, Nueva York y Londres». La ensoñación quedó en intento y, para algunos (como los dueños de la Sala Fli o el Teatro Távora) aquello devino en pesadilla. Sin embargo, a veces hay que hacer declaraciones mayestáticas para que el mensaje cale. Es posible la cultura fuera del centro de Sevilla. Hoy, gracias a la intervención municipal, el Teatro Távora ha revivido y mañana viernes, en total vecindad física con este escenario, abrirá en el número 12 de la calle Lino el Espacio 13, un nuevo centro dedicado a la creación contemporánea.
La diferencia central del antes al ahora es que no han mediado vaticinios mayúsculos. Detrás de esta nueva aventura están un grupo de artistas ligados a la gestión cultural y coordinados por la sevillana Tonia Trujillo, que trabaja habitualmente en el ámbito de la instalación y el libro de artista. «El espacio tiene unas enormes posibilidades, pero más grandes son aun nuestras ganas de hacer cosas en él», decía ayer.
Las antiguas oficinas que lo ocupaban han mudado su piel a lugar de creación, «una nave industrial de 400 metros cuadrados repartidos en espacios muy versátiles para la realización de actividades durante todo el año». 13 no será, conviene aclararlo, una galería de arte al uso, aunque habrá arte en su interior. «Ni es una galería ni yo pretendo ser galerista», recalca Trujillo. «Haremos exposiciones, claro, pero también talleres de cine, servirá como estudio fotográfico, acogeremos presentaciones de libros, conferencias, conciertos, danza...», desgrana.
La concreción de la inmediata agenda llegará en las próximas semanas porque, en estos momentos, toda la concentración está puesta en la inauguración –de libre entrada, y que tendrá lugar mañana a las 20.30 horas–. En ella se presenta la exposición Inmoderatus (que, traducido del latín, significa Ilimitado). En ella participan Kae Newcomb, Isabel Cuadrado, Elisa Torreira y la propia Tonia Trujillo, reuniendo piezas de dibujo, fotografía, instalación, vídeo y libro de artista. «Es una muestra delicada y subversiva, llena de simbolismo. Todas las obras expuestas tienen en común un acusado interés por cuestionar lo preestablecido, por construir nuevos significados y por crear conciencia más allá de lo puramente estético sin prescindir de la belleza de la sencillez», resume su comisaria, Marisol Salanova. La puesta de largo –de la muestra y del Espacio 13– contará además con la performance Esperando la marea que desarrollará Elisa Torreira.
«Después, todo se irá andando poco a poco; esto es un proyecto cien por cien privado», indica Trujillo, que reconoce tener un «apego especial» por el número 13, de ahí que este se eligiera para identificar la sala. «Lo más inmediato serán unos talleres con cineastas de nivel nacional que vendrán a Sevilla. Al contrario que en otras ciudades, en la nuestra el cine parece una disciplina alejada del foco de reflexión artística, y queremos que, de alguna manera, pueda ser una de nuestras señas de identidad», avanza al respecto de unas sesiones cuyos detalles se conocerán próximamente.
De momento, Espacio 13 abrirá de jueves a sábado y en función de las actividades que se vayan programando. «Hay muchísimos espacios como este que funcionan de maravilla, pero preferimos no mirarnos en ninguno de ellos en concreto y escribir nuestra propia historia. Tenemos mucho que aprender y organizar», reconoce su responsable, encantada de estar «deslocalizada» en una nave del viejo pero arquitectónicamente valioso Polígono Hytasa. «Nuestro deseo mayor es ser un centro de reunión, discusión, experimentación y pensamiento dentro del arte», escriben como principio sus impulsores. Ahí es nada. Larga vida al Espacio 13.