«¿Que qué libros te recomiendo para Reyes? ¡Buuuuffffff!», resopla María José Barrios, de la librería sevillana La Casa Tomada, no porque no le apetezca sino porque tendría tantísimo que decir que podría pasarse la vida en la tarea y no terminar, tal vez. «No te voy a decir que La librería ni que Rosa Montero porque están superrecomendados ya. Pero tenemos para enero un club de lectura con El año del pensamiento mágico de Joan Didion [Literatura Random House]. Te recomendaría también una reedición de una de mis novelas favoritas del mundo, que es Bella del señor, de Albert Cohen, en Anagrama. Yo creo que es una de las novelas más bestias que he leído en mi vida. Porque es difícil de leer, pero cuando la has leído te da tanta satisfacción, es tan bestia, tan inteligente... Y con momentos divertidísimos, aunque otros son complejos, pero me encanta y estoy supercontenta de que lo hayan reeditado». La librera sigue sugiriendo títulos: La otra piedad, de Laura Massolo, un libro de relatos publicado por Huso Editorial, que la sorprendió «muchísimo»; insiste también en Quemar las naves, de Angela Carter (Sexto Piso), «una autora superoriginal» explorando el tema fantástico; y sobre todo, El cuento de la criada, de Margaret Atwood en Salamandra: «Hay que leerlo este año. Quien no lo haya leído ya está haciendo mal, je, je. ¿Sabes qué pasa? Que teníamos una cruzada con un amigo librero de Madrid por este libro que llevaba descatalogado yo qué sé, diez años, quince años, y llevábamos un montón de tiempo haciendo campaña por Twitter con las editoriales y pasaban de nosotros, era como una coña marinera, un tema recurrente; y a raíz de la serie es verdad que lo han reeditado... y tengo que reconocer que lo volví a leer y es verdad que tiene un estilo un poquito más árido de lo que yo recordaba. Pero yo qué sé, me parece una reflexión ahora mismo muy pertinente, con todos estos temas de la maternidad subrogada, en fin. Ahora que hay tanto debate feminista en la calle me parece que esta tía, escribiendo esto hace tantos años y diciendo oye, que esto ya pasó en el mundo... No sé, a mí me sobrecogió otra vez».
Desde la librería Yerma, en Sevilla, Rosa Rojas Marcos también tiene mucho que decir, porque su oficio tiene mucho de detectivesco y hasta de psicológico: ella, cuando le piden consejo, indaga en la edad, los gustos, las lecturas anteriores de esa persona, cualquier pista que le sirva, una afición... «Si por ejemplo es lector habitual y le gusta la intriga y la novela negra, le recomendaría Búscame, de J.S. Monroe en HarperCollins, un thriller que atrapa desde el principio. O El vestido de novia, de Pierre Lemaitre, que engancha una barbaridad. Son libros de esos que no se puede parar de leer desde el principio. Si prefiere que sea novela histórica con un poquito de intriga, hay uno que se llama El relojero de la Puerta del Sol [de Emilio Lara, en Edhasa], buenísimo. Si es una persona lectora y le gustan los de siempre, evidentemente el último de Paul Auster o Domingo, de Irène Némirovsky. Yo personalmente recomiendo muchísimo un libro pequeñito pero que tiene una literatura maravillosa que se titulaApegos feroces, de Vivian Gornick, de la editorial Sexto Piso. La manera de escribir es maravillosa, genial, y por cómo aborda la temática de las relaciones madre hija me parece una preciosidad de libro. Está hecho de una manera muy especial». Es un libro corto, como otro que igualmente recomienda, La uruguaya, «de un autor argentino con el que te ríes muchísimo: Pedro Mairal, de Libros del Asteroide, que está escrito además con las expresiones argentinas, y te lo hace pasar genial. Hay otro pequeñito también que se llama Hôzuki, la librería de Mitsuko, de Aki Shimazaki, en Nórdica, una preciosidad de historia sobre una librería de lance en Japón y la relación que tiene la madre con un niño con un trastorno especial. Y para quien sea más de best sellers, el último de Pérez Reverte. Yo no soy mucho de él, pero el de Eva es bastante entretenido. Y desde luego, el libro finalista del Planeta está bastante bien además, porque además, entre otras cosas, todos los libros que tocan el tema Tánger, o Marruecos, o el tema del Protectorado, siempre son atractivos. Y siempre se venden. Hay cosas que son como mágicas, je, je. O como cuando un libro tiene algo que ver con Cuba. Regreso a Berlín, de Verna B. Carleron, también es un libro muy bueno, de la misma tónica que Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff. Esto es para gente adulta. En cuanto a recomendaciones para jóvenes que ya han leído y quieren engancharse a la lectura, depende de sus gustos y la temática. Pero hay una autora en Sexto Piso que acaba de sacar Ocho: Rebeca Stones, la autora de Timantti. Enganchan un montón a esas edades, porque tienen aventuras para adolescentes con tema romántico de por medio». Y sigue. Hay tanto que aconsejar... «La gente que viene a las librerías del tipo de la mía, que es pequeñita y más de atención personalizada, viene más buscando la recomendación. Siempre. Que te entre por la puerta alguien que viene a por algo fijo no es habitual; suelen ser personas que pasan por aquí por casualidad. El que viene a verte lo hace porque está acostumbrado a que sus regalos y sus propias lecturas estén guiados por tu recomendación, que es lo que a nosotros más nos gusta.
En eso coincide con Esperanza Alcaide, de El Gusanito Lector, otra de las librerías de referencia en Sevilla. «En estas fechas, lo que yo recomiendo siempre, siempre, es Stefan Zweig, siempre. El mundo de ayer [Acantilado] hay que leerlo, es imprescindible. Hay otro libro que nos ha funcionado muy bien, que empezó poco a poco y sin que nadie hablara de él pero que todo el que lo ha leído le ha fascinado, es de Ken Liu: El zoo de papel», de Alianza Editorial. Un caso curioso, porque aquí «el público respondió antes de que nosotros reaccionáramos». Luego, «otro que igual da un poquito más de miedito pero es un libro al que hay que meterle mano, tanto por lo que dice como por cómo lo dice, es Un libro de mártires americanos, de Joyce Carol Oates, en Alfaguara. Es sobre el integrismo de las religiones en EEUU, pero que es perfectamente extrapolable al resto. Es una novela, la historia de un médico, de una clínica abortista, de las barbaridades que hacen los provida, como ponerse a hacer guardia delante de los que ellos consideran abortistas y rebuscar en la basura... son cosas que te ponen los vellos de punta. Es importante, porque sin darnos cuenta todos estamos caminando un poco hacia ahí, y conviene que demos un paso atrás y miremos con un poquito de perspectiva. Recomiendo también Peregrinos de la belleza, de María Belmonte (Acantilado), que son pequeñas historias de viajeros por Italia y por Grecia, y es una delicia. Y otro libro repescado que es Mi tío, de Jean-Claude Carrière; es una edición muy bonita de Expediciones Polares. Y Al otro lado de todo, relatos de Pura Sánchez en Ediciones en Huida. Estamos tirando mucho esta vez de libros ilustrados y de cómic, y hay un clásico que en mi opinión debería ser de lectura obligatoria en los institutos, y que no se puede llegar a la edad adulta sin haber leído, que es Todo Paracuellos, de Carlos Giménez, que ha salido ahora además en una edición en tela muy bonita, de la editorial Debolsillo. Me parece imprescindible. Hay una edición que me parece bellísima y además a muy buen precio que es El extranjero ilustrado, de Camus, en Alianza, que está traducida por José Ángel Valente. Me pasó una cosa muy graciosa con este libro: que cuando llegó, tú sabes, lo abres y empiezas a bichearlo, y me enganchó tanto que me lo llevé a casa y me quedé con él, claro. Era tan bonito... Y además, está tan bien traducido, se agradece tanto, lo notas tanto... Cuando lees un libro por segunda vez y te das cuenta de que el primero no estaba bien traducido es como beber agua, es tan fluido y tan hermoso leerlo...». Y continúa añadiendo a la lista una docena más de obras que a su juicio nadie debería dejar de leer. Tal es su oficio y su vocación. «La gente viene en Navidad a que yo les diga. Estas fechas son muy, muy cómodas de trabajar, porque no es... supongo que otro tipo de librerías van de una manera distinta, más a por el best seller o buscando cosas muy concretas. Pero no es el caso. Entonces tú te puedes explayar diciendo lo que piensas de los libros, lo que te parecen, para quién lo consideras adecuado... y ya luego ellos escogen lo que quieren. Yo no me quedo solo con las novedades. Tenemos la mesa de novedades llena y los escaparates, claro, pero no es eso, sino que hay cosas que hay que leerlas siempre».