El gasto cultural por andaluz cae 11 euros desde la crisis

En 2014 Andalucía dejó de ejecutar un seis por ciento del presupuesto pese al déficit en políticas culturales de la región

08 dic 2016 / 09:23 h - Actualizado: 09 dic 2016 / 00:04 h.
"Inversión"
  • Visitas nocturnas a Itálicas que se han llevado a cabo durante este verano. / Daniel González (Junta de Andalucía)
    Visitas nocturnas a Itálicas que se han llevado a cabo durante este verano. / Daniel González (Junta de Andalucía)

La liquidación de gasto permite conocer las cantidades realmente gastadas por una administración de las previstas en el Presupuesto. Esto nos da una información real de la gestión económica y si las políticas que definen las previsiones son declaraciones o tienen un contenido real y un gasto público que la haga posible. También la liquidación del presupuesto nos sirve como orientación para percibir la capacidad real de gestión de un organismo y su calidad a la hora de la planificación presupuestaria y, de forma especial, si estamos en el nivel de gastos que otros territorios realizan en las mismas materias.

Con la publicación del Anuario de Estadísticas Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes podemos conocer de forma precisa la realidad del gasto público cultural desarrollado por la administración autonómica. En concreto Andalucía liquidó 162,09 millones cuando el presupuesto fue de 171,335 millones con una desviación a la baja de 6,4 por ciento. Analizando el gasto por habitante fue de 19,3 euros y un 0,12 por ciento del PIB. Esto nos sitúa un 0,2 por ciento por encima de la media española pero casi 3,2 euros por debajo en gasto por habitante. Esta diferencia se ve incrementada si vemos las comunidades de lengua propia: Cataluña gastó 33,1 euros; País Vasco, 55,8 euros aunque Andalucía se situó por encima de comunidades como Madrid con un gasto de 12,6 euros y Comunidad Valenciana con 16 euros.

Hay que reseñar que Madrid y Cataluña son los mercados culturales más importantes del país y es donde se concentra el consumo y parte principal de la producción cultural por las empresa privadas: cine, libros, teatro, etc. Allí se desarrollan además la gran oferta pública cultural del país con el Museo del Prado, el Teatro Real...

Esta situación se ve claramente reflejada en los presupuestos pues la Comunidad de Madrid es la de menor gasto por habitante o en porcentaje de PIB de las analizadas dado que la combinación de iniciativa privada y oferta pública estatal crea un marco que hace posible un menor gasto por parte de la Comunidad.

Pero lo realmente preocupante en lo relativo al gasto público de Andalucía es que la actuación cultural fue la gran perjudicada de la crisis. Se pasó de un gasto público por habitante de 30,6 euros en el año 2010 a un cantidad de 19,3 euros, una caída de 11,3 euros que significó una reducción del 63 por ciento.

El análisis del gasto según su destino revela que la partida de Bienes y Servicios Culturales, que recoge todos los temas de protección del patrimonio, descendió de forma moderada de un 57,1 por ciento al 53,4 por ciento. En cambio en Artes Plásticas y Escénicas, la reducción fue de casi el 50 por ciento, en el Libro y el Audiovisual la contracción fue casi de un 40 por ciento. Un grave revés teniendo en cuenta que en ambas actividades se parte de un porcentaje de gasto público muy por debajo de la media de España y aún más inferior si la comparación se realiza con Cataluña o Madrid. Se dedican más recursos a proteger y movilizar los bienes patrimoniales (las piedras), que en dinamizar la actividad cultural que se desarrolla por las empresas y profesionales culturales.

Esta reflexión se refuerza cuando se constata el atraso que las políticas culturales de Andalucía vienen padeciendo desde hace años. Puede ser que en los años de bonanza con unos generosos presupuestos en cultura, esto se notara menos. Pero con la reducción del gasto público en Andalucía se ve cómo preservar los bienes patrimoniales se sitúa como principal y casi única actividad, pasando las políticas de fomento de la cultura contemporáneas, de las artes escénicas, libros o audiovisual a un estado calamitoso.

Es curioso como si se analiza esta situación con el resto de comunidades se aprecia que todas ajustaron el gasto en Bienes Culturales; unas para subirlo; Cataluña, Madrid y País Vasco, donde se produjeron unos incrementos importantes o unas reducciones escasas son en las actividades de Artes Plásticas y Escénicas y el Libro y Audiovisual: por ejemplo, la Comunidad Valenciana casi dobló su gasto y las caídas en el resto fueron mínimas, muy alejadas del comentado 45 por ciento de reducción en Andalucía.

Si a estos datos se añaden los relativos al gasto según su naturaleza se ve como es el gasto corriente (personal, ordinarios, compras, financieros) es el que mayor porcentaje de presupuesto ocupa: 87,2 por ciento en el año 2014 cuando al inicio de 2012 era de solo 60,1 por ciento. Y los gastos de capital, inversiones reales y transferencias se vieron reducidas al 12,8 por ciento del gasto con la pérdida de un 68 por ciento del gasto.

En conclusión se puede indicar que en el periodo 2010/2014, según la liquidación de gasto, la administración cultural autonómica destinó sus recursos a la salvaguarda del patrimonio y al mantenimiento del empleo público. Una circunstancia que dejó de lado aquellas políticas que apostaban por el desarrollo de la industria y las empresas culturales, especialmente en las parcelas con más potencial de empleo: el audiovisual o que más fomento público necesitan: las artes escénicas.