El genio, más allá de la hagiografía

Benito Navarrete publica ‘Murillo y las metáforas de la imagen’, un ensayo interpretativo del pintor

h - Actualizado: 17 nov 2017 / 08:52 h.
"Libros","Pintura","Año Murillo"
  • Anabel Morillo, directora de la Fundación Focus; Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla; Benito Navarrete, autor del libro; y el alcalde Juan Espadas en Los Venerables. / El Correo
    Anabel Morillo, directora de la Fundación Focus; Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla; Benito Navarrete, autor del libro; y el alcalde Juan Espadas en Los Venerables. / El Correo
  • La portada del libro. / El Correo
    La portada del libro. / El Correo

De las muchas buenas noticias que el Año Murillo tiene prometidas a los amantes del arte, sin duda una de las mejores es el libro que ayer se presentó en el Hospital de los Venerables –dónde mejor–, bajo los auspicios de la Fundación Focus. Su autor, Benito Navarrete es de sobra conocido en la ciudad, además de uno de los comisarios de la celebración del IV centenario del nacimiento del genial pintor. El título, Murillo y las metáforas de la imagen (Cátedra), «un libro anacrónico», en palabras del propio Navarrete, «porque Murillo es un artista anacrónico», afirmó.

Después de hacer el preceptivo tributo a sus maestros Diego Angulo y Alfonso Pérez Sánchez, el autor empezó explicando que «la hagiografía había construido una imagen distorsionada de la figura y de la personalidad de Murillo», que este libro viene a enmendar. «Por ejemplo, he conseguido ver, gracias a Walter Benjamin, a la modernidad y a Sevilla, cómo el pintor maneja las redes sociales de su época, cómo se posicionaba como nadie».

«En 1655», prosiguió el experto, «el artista estuvo preso en la cárcel de Sevilla, porque no tenía dinero para pagar su alquiler. Todo el dinero que poseía, lo tenía invertido en la carrera de Indias. Fue muy consciente de la importancia del dinero y de las relaciones sociales. Su talento y su ingenio hacen que su pintura no fuera vista en ocasiones como obras de arte».

Navarrete explicó también que para llevar este proyecto a buen puerto «ha sido fundamental el estudio de la prensa del momento», dijo. «Se trata, en fin, de un libro que estudia los afectos, las sensaciones, las emociones que generan las obras de Murillo. Todo eso nos sirve como profecía para entender verdaderamente lo que el artista quiso hacer».

Por último, Navarrete considera que «Murillo es un artista que sigue vivo, generando sensaciones» en todos aquellos que contemplan su producción. «Cualquier pulsión ante su obra es un elemento más para interpretar su arte y para comprobar su vigencia», apostilló.

Según información facilitada por la Fundación Focus, el libro presentado ayer «no es un catálogo de obras del artista, sino un ensayo subjetivo» que recorre la trayectoria artística y vital de Murillo desde múltiples puntos de vista, revelándolo como «un artista anacrónico, porque el poder de sus imágenes, mantenido a lo largo del tiempo gracias a la memoria real y ficticia que se ha configurado en torno a ellas, ha hecho más importantes a esas imágenes que las circunstancias históricas en las que fueron creadas».

Por su parte, Anabel Morillo, directora general de la Fundación Focus, destacó la trayectoria de Navarrete y resaltó «los nuevos enfoques metodológicos» que nutren las páginas de Murillo y las metáforas de la imagen, mientras que Peter Cherry, profesor de Historia del Arte del Trinity College de Dublin, quien destacó que Navarrete «conoce muy bien la historiografía, y como ésta ha canalizado nuestra visión del artista», comentó. «Los libros de Murillo han sido hasta ahora de dos tipos: uno, de vida y obra, y otro de catálogos razonados... aunque algunos fueran más razonados que otros. Este es un libro diferente».

«No es una suma de información, sino una obra interpretativa», agregó Cherry. «muestra la postura crítica del autor, lejos de la hagiografía. Aquí se nos muestra a un artista consciente de crear su propia identidad artística».

Entre el público destacó la presencia del arzobispo Juan José Asenjo y del alcalde de la ciudad, Juan Espadas, entre otras personalidades que abarrotaban la sala.