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La producción contará con una réplica de la nao Victoria en la que regresó a Sevilla Juan Sebastián Elcano. / El Correo
Lo mismo hace Camarón que Loving Pablo o, como ahora, una película rebosante de acción y efectos especiales sobre la gesta de Magallanes y Elcano que está por ver si se rodará en parte en Sevilla. Lo que sí tiene claro el dueño de Mono Films, Miguel Menéndez de Zubillaga, es que en Sin límites no quiere una aburrida película histórica –para asegurarse ha puesto de director al de Lara Croft, Simon West– y que el argumento es lo bastante bueno como para arriesgar nada menos que 25 millones.
—¿Cómo encaja esta superproducción en su carrera?
—Mi carrera profesional siempre se ha caracterizado por hacer películas tanto pequeñas como grandes. De hecho, la última que acabo de producir es Loving Pablo, con Javier Bardem y Penélope Cruz, que es de veinte millones de dólares. O sea, que realmente esta se parece mucho más a la de Elcano y Magallanes que cualquier otra que haya hecho antes. Tiene otra similitud importante: que todo el equipo técnico de Loving Pablo es español, desde el director de foto hasta el director de arte, al músico, por supuesto al guionista y director que es Fernando León de Aranoa. La de Elcano es una película que tiene un poquito más de ambición y por lo tanto necesitamos un equipo técnico todavía más elaborado y que tenga una proyección más internacional, porque queremos mirar al mundo, hacia afuera más que hacia dentro; pensar qué estamos haciendo para que los chinos, los rusos, los canadienses, los americanos o los alemanes se fijen en esta película y quieran verla. Ese es el objetivo: que seamos capaces de contar al mundo que Juan Sebastián Elcano fue el primer hombre que dio la vuelta al mundo en este apasionante viaje que salió de España, financiado por España, y eso solo se puede conseguir desde el punto de vista del entretenimiento, la acción y las aventuras, y que cuando termine la gente diga: oye, tú, que esto es una historia real, no lo sabía.
—¿De quién es la historia?
—Desde la primera chica que empezó hasta el último que ha cambiado cosas, sobre todo a raíz de la contratación de Simon West, el director, han pasado casi seis personas, cada una con una aportación diferente. La primera parte del guion es la más compleja, porque tienes que ser capaz de meter todos los conceptos históricos de un viaje que dura tres años y pico en dos horas de peli, y eso es complicadísimo, y hay que asesorarse mucho, para luego empezar a pulirlo todo, a crear personajes, los conflictos, las tramas? porque esta es una peli de ficción: si no, hacemos un documental.
—Lo tiene claro, ¿no? No es cine histórico.
—Nada, nada. Huimos completamente de eso. O sea, la historia es la que es, no podemos cambiarla y además es apasionante, con lo cual no tienes ninguna necesidad de cambiar cosas. Lo que pasa es que luego los tiempos no encajan en una peli: tienes que acelerar cosas, cambiar otras, alterar el orden, hacerlo atractivo para el espectador, y eso es un reto.
—Por el perfil del director (Con Air, Tomb Raider) y la múltiple participación en el guion, la cosa apunta a algo trepidante.
—Esa es la definición. Yo creo que la primera demostración de que queremos hacer una película de entretenimiento es la contratación del director. Porque podríamos haber contratado a un director, digamos, más autoral, más reflexivo y profundo, más? pero si encima que es una peli histórica que te puede resultar aburrida en un momento dado contratas a un director con un tempo lento y reflexivo, puedes cometer el error de hacer una película aburrida. A lo mejor te queda una genialidad, ojo, no creo que haya que poner clichés a nadie. Sin embargo, contratar a Simon West te permite demostrar al mundo que tus intenciones son hacer una película de entretenimiento, acción, ritmo...
—Siendo tan extenso el arco temporal que abarca, ¿no se le ocurrió hacer una serie?
—Bueno, nos lo hemos planteado muchísimo, muchísimo. Y de hecho, no descartamos, como vamos a rodar tanto, editar una peli y por otra parte tres capítulos de 45 minutos, que es lo que está ahora de moda. El problema de una serie es que puedes caer en una cosa que nos pasaba incluso construyendo el guion, que es: oye, quiero presentar los personajes, necesito tiempo... Cuidado con que no sea aburrido, ¿eh?, cuidado con no pasarte demasiado tiempo en una estancia real departiendo con el rey de Portugal, porque coge un tono distinto. Tiene que ser más? Todo el mundo sabe lo que ha pasado, es lo bueno de esta historia. Todo el mundo sabe que es la primera vuelta al mundo, con lo cual el que va a verla sabe que han vuelto. ¿Cuántos, cómo y quiénes? Esas son las grandes dudas, que la gente de la calle no conoce. Pero puedes caer en esa trampa. Y si encima necesitas tiempo para mostrar lo que pasa en el barco, también se puede hacer aburrido. Insisto: puede quedar una genialidad, aquí el talento es lo que marca la diferencia en mi sector. Siempre procuro rodearme del mayor talento posible, y los que tienen talento son los que tienen la magia, pero esta película tiene una tentación tremenda a convertirse en algo repetitivo.
—¿Qué hay del elenco?
—Si avanzo algo, pierdo el poder de negociación con los agentes. Los agentes americanos son muy, muy duros, y estamos tratando con grandes agencias que lo que quieren es darte el paquete completo. Por ejemplo, puede que quiera a Magallanes de una agencia, pero a Elcano de otra, y lo que me hacen es presionarme, porque me dicen: no, si coges este Magallanes de mi agencia, tengo estas tres opciones de Elcano; y el otro, igual: si coges al Elcano que tú quieres te ofrezco tres Magallanes muy buenos. Y todas las opciones son muy buenas. Y tenemos que negociar. Con las agencias americanas los tempos son muy importantes: no puedes parecer desesperado, no lo estamos, pero por otro lado tienes que ser capaz de presionarles, porque si no parece que no tienes interés. Es un cúmulo de situaciones que hay que saber manejar.
—¿Habrá españoles?
—Sí, seguro. Porque hay unas figuras muy importantes, como la cuadrilla de Elcano? Nosotros contamos la historia a través de los ojos de Magallanes y Elcano, son los dos que sostienen toda la peli, son completamente antagónicos, cada uno con una forma de ser y un carácter distinto, una forma de liderar en cada momento un viaje como este, pero al margen de ellos hay una serie de personajes muy importantes en la trama. Y es probable que muchos de ellos sean españoles.
—¿Cuándo se podrá ver?
—Si nos va bien todo y somos capaces de ponernos las pilas, queremos presentar la peli en el lugar idóneo para mí que es el Festival de San Sebastián en septiembre de 2019. Eso sería lo ideal. Distribuir la peli comercialmente, tendremos que esperar a que el distribuidor decida, pero lo normal es que sea durante ese otoño o invierno.
—¿Habrá rodaje en Sevilla?
—Bueno, lo de Sevilla es una cosa que ha salido por ahí y que hay que matizar, porque la Sevilla de hace quinientos años no es la Sevilla actual, entonces hay que ver cómo construimos eso, qué decisión tomamos. Sevilla es fundamental en la historia y un lugar apasionante. Me gustaría encontrar un lugar donde pudiéramos construir y atrezar suficientemente como para que podamos tener emocionalmente una pata ahí; igual que vamos a hacer una parte pequeña del rodaje en el País Vasco también por una cuestión emocional, creo que Sevilla debería ser igual. Pero insisto: a partir de aquí, entran los números, los lugares, trasladar a un equipo tan grande es complejo y hay que equilibrar eso y lo veremos sobre la marcha. No lo sabemos. Depende un poco de lo que nos encontremos. Hay que hablar con el director de arte, y dirá: esto es perfecto, esto no, esto es difícil, esto es complejo. Hay que pensarlo bien.