El pellizco de Gema Moneo

La joven bailaora jerezana no tiene ni treinta años y es ya una bailaora hecha, bien formada, con casta y, sobre todo, frescura gitana

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
03 abr 2019 / 08:32 h - Actualizado: 03 abr 2019 / 08:42 h.
"Flamenco","Danza","Críticas","Teatro Central"
  • Gema Moneo. / El Correo
    Gema Moneo. / El Correo

Quizá no ha tenido jamás el baile flamenco una nómina tan extensa de jóvenes bailaoras, como la que tiene ahora. Hoy se baila muy bien técnicamente y las artistas cuidan las coreografías. Otra cosa es el pellizco, la jondura, la flamenquería, el buen gusto. La joven bailaora jerezana, de la familia de los Moneo –Juan el Torta, Manuel y Luis Moneo-, tiene casi todo eso y anoche puso al público de pie en el Teatro Central de Sevilla, el de La Cartuja, con la obra flamenca El sonido de mis días. Curiosamente, este espectáculo se estrenó en el Festival de Jerez el pasado año, que le valió el premio de artista revelación, y desde entonces no se había vuelto a poner en un escenario. No es lógico, con los espectáculos tan mediocres que nos colaron en la pasada Bienal y lo que estamos viendo en los demás festivales, donde casi se han olvidado del baile flamenco de verdad en favor de la danza contemporánea aflamencada, con desnudo integral o no. Gema Moneo no tiene ni treinta años y es ya una bailaora hecha, bien formada, con casta y, sobre todo, frescura gitana. Tiene algunos defectos que seguramente acabará por corregir, como su manía de ponerse tanto de lado o de espaldas al público, y en mi opinión recarga demasiado el baile con movimientos algo artificiales e innecesarios. Es joven y tiene una fuerza brutal, pero mejoraría bastante si se parara un poco, levantara más los brazos y sacara esa feminidad que mostró solo a cuentagotas y que tan importante es en su escuela. Lo demás es todo bueno y fue espectacular, en gran parte porque trajo un cuadro de cantaores magníficos, como su tío Luis Moneo, Jesús Corbacho, Miguel Lavi y el maestro Pepe de Pura, que le cantaron como para sacarlos a hombros. Ese sonido, que era el hilo conductor del espectáculo, le sirvió para cuajar una buena bulería por soleá, un estupendo taranto, unas singulares cantiñas coreografiadas por la bailaora Mercedes de Córdoba y unas seguiriyas profundas y emocionantes, entre otras piezas muy cuidadas. Fabulosa la guitarra de Juan Campallo y también la de Jesús Agarrado El Guardia, y excelente el percusionista, Ané Carrasco. Cuesta entender que habiendo una bailaora de esta calidad, que además es capaz de hacer un espectáculo tan flamenco, tan cuidado en las luces, las coreografías y la puesta en escena, no esté en más festivales. Nos quejamos de que los jóvenes están más por las fusiones y películas y cuando sale un fenómeno como Gema Moneo, con sus defectillos, no le hacemos caso. Así está el flamenco, que como haya una buena película te quedas en casa.