Pocas veces registra la sala de prensa del Teatro de la Maestranza una asistencia tan abultada como la que se vio ayer en el encuentro con Les Luthiers. La formación humorístico-musical cumple 50 años sobre los escenarios, y además ha recibido el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2017, con lo que se puede hablar de momento pletórico. Y de regreso por todo lo alto, después de diez años de ausencia del coliseo sevillano. Su espectáculo para esta ocasión, la antología Chist!, estará en cartel los próximos días 9, 10, 12, 13, 14 y 15 de septiembre.
«El secreto para cumplir 50 años es la alegría que nos da hacer esto, una ida y vuelta con el público maravilloso, que nos sigue y nos permite divertirnos tanto», asegura Marcos Mundstock, miembro de Les Luthiers junto a Carlos Núñez, Jorge Maronna, Carlos López, Horacio Tato y Martin O’Connor. «Venimos haciendo antologías desde hace unos años, y por muchas razones nos parece una gran idea. Elegimos entre lo mejor que hemos escrito, pero también lo que tuvo ocasión de rodarse y perfeccionarse en su momento».
«Cuando hacemos la selección, echamos mano de esos momentos únicos», agrega Carlos Núñez. «Recordábamos también la respuesta del público, los momentos más felices de nuestra carrera». Estos momentos quedan recogidos en el repertorio de Chist!: Manuel Darío, La Comisión, El Bolero de los Celos, La Bella y Graciosa Moza Marchóse a lavar la ropa, Solo necesitamos, La hija de Escipión, Encuentro en el Restaurante, entre otras, extraídas de los espectáculos Bromato de Armonio, Viegésimo Aniversario, Unen Canto con Humor y Por Humor al arte.
Cuando se les pregunta por el modo en que ha cambiado su público en este medio siglo, vuelven a echar mano de la guasa: «Ha cambiado mucho: unos se han muerto, otros se reprodujeron... Hemos ido aprendiendo con los años, evolucionando con ellos. Que hoy ese público cubra tres generaciones nos hace sentirnos orgullosos, y todos se divierten por igual».
Echando la vista atrás, Jorge Maronna, uno de los miembros fundadores de Les Luthiers, recuerda que «aquel 4 de septiembre de 1967 en que se creó el grupo era imposible imaginar este futuro tan hermoso, porque entonces nuestra perspectiva era muy corta. Nos ganábamos unos pesitos, pero no teníamos un plan tan vasto y ambicioso, hasta que poco a poco vimos con bastante asombro que íbamos durando, hasta ahora», evoca.
Colegas y hermanos
Todo empezó cuando el director Gerardo Masana decidió disolver el grupo I Musicisti. «Lo seguimos tres», prosigue Maronna. «Fue un mal momento, una pelea, pero empezamos casi de cero. Habíamos perdido un nombre que era ya bastante conocido, pero decidimos que había que empezar de nuevo, lentamente, y así hasta ahora».
También recuerdan Les Luthiers con cariño a los primeros mánagers que apostaron por ellos en España en los albores de los años 80, «alguno de los cuales quedó endeudado ante el escaso éxito que cosechamos, y tuvo incluso que vender el coche», recuerdan.
Al cabo de tanto tiempo, Les Luthiers ha terminado convirtiéndose en una verdadera familia, por más que bromeen asegurando que «solo nos hablamos en las ruedas de prensa». «No, en serio, somos hermanos, con todas nuestras discusiones, nuestras diferencias», dicen.
«Hemos pasado por distintos tiempos, climas, regímenes, pero siempre nos gustó hacer un humor intemporal, universal. Eso es lo que nos gustaba». En perfecto estado de forma, Les Luthiers se disponen una vez más a conquistar el corazón del respetable sevillano. «Como decía Fellini en una de sus películas: los payasos envejecen bien», concluye Mundstock.