Aunque en Sevilla es conocido por ser un excepcional saetero, Manuel Cuevas es un cantaor con un repertorio largo. Lo demostró el viernes en la Iglesia de S. Luís, un espacio que le va como anillo al dedo a su cante, tan solemne como virtuoso.
Con este recital el cantaor de Osuna ha querido repasar los cantes que más le han influido a lo largo de su carrera. En ese sentido llama la atención el repertorio que se aleja de los cantes de levante, que le hicieron valedor de La Lámpara Minera en el Concurso de la Unión en el 2002. Y es que, lejos de refugiarse en sus dominios, Manuel, como todo buen artista, quiso asumir el reto de abordar otros palos con los que no solemos identificarle, como la romera o el polo, aunque este último se quedó por el camino. Pero eso sí, comenzó por tonás y terminó por saetas para el regocijo del público, que en todo momento mantuvo una atención respetuosa, con un silencio riguroso que se rompió cuando Manuel convocó a los duendes del flamenco con las seguiriyas, en las que el desgarro se tornó en floritura y la pasión en contención sin perder un ápice de su potencial trágico. Para ello contó con la guitarra de Severiano Jiménez, “El Niño Seve”, un joven guitarrista cordobés que va camino de ser un magnífico concertista.
No era fácil mantener el recital arriba a partir de ahí. Tal vez por ello Manuel cambió el orden y cantó las romeras justo detrás de las seguiriyas, permitiendo que se lucieran los palmeros, Carlos Jurado y Rafael del Pino “Keko”, quien improvisó una pieza corta de baile que enalteció al respetable. Todo un regalo, teniendo en cuenta la pequeñez del espacio. Aunque el auténtico regalo llegó al final cuando Manuel, tras cantar junto a su hijo una ronda de saetas que se fundieron con el misticismo del espacio, abandonó el micrófono y dio rienda suelta a su voz con una potencia y un dominio propio de un cantante de lírica.
FICHA ARTÍSTICA
Obra: Manuel Cuevas. Lugar: Iglesia de S. Luis 23 de septiembre. Cante: Manuel Cuevas. Toque: Severiano Jiménez “El Niño Seve”. Palmas: Rafael del Pino “Keko” y Carlos Jurado. Calificación: ****