Con la publicación del cuarto volumen de los Cuentos completos de Antón Chéjov, los correspondientes al periodo comprendido entre 1894 y 1903, la editorial Páginas de Espuma acaba de poner fin a un titánico esfuerzo que arrancó en 2013, y que supone la reunión definitiva de los casi seiscientos relatos que escribió el maestro ruso, muchísimos de ellos inéditos en español hasta ahora.
Según Paul Viejo, a cuyo cuidado ha estado el ambicioso proyecto, «los cuentos de esta nueva entrega son los de su última etapa, medio centenar entre los que se hallan los más famosos: La dama del perrito, Las grosellas, Mi vida, Campesinos, El amor, Tres años, En el barranco... Hasta llegar a su última pieza, La novia».
«Además, el volumen incluye un apéndice de 200 páginas que reúne la parte problemática de su obra: ¿Cuáles de sus cuentos son escritos en colaboración, firmados bajo pseudónimo dispersos, de dudosa atribución? ¿Dónde acaba un chiste o una anécdota publicada, y empieza un cuento No podíamos usar solo criterios filológicos», agrega el responsable.
Para Viejo, este plan editorial «no ha tenido ninguna dificultad catastrófica», ya que Chéjov es «alguien que está muy controlado, si bien con algunas zonas dudosas», dice. Sobre la traducción, sí opina que «esa genialidad siempre da problemas, casi diría que es una misión imposible, pero por fin podemos disfrutar muchos de estos relatos en nuestro idioma».
De hecho, el mayor objetivo de estos Cuentos completos era ir más allá en el conocimiento de un autor que, hasta ahora, el lector español solo había conocido por antologías. «Ahora disponemos del perfil completo», señala Paul Viejo. «Ahora podemos saber cómo trabajaba Chéjov, cómo era desde joven hasta que se convierte en leyenda. Y disponemos de toda la información, dónde se publicó cada cuento, con qué pseudónimo... Tenemos a nuestro alcance todo lo que se sabe de él».
No puede decirse, desde luego, que se trate de ningún desconocido en nuestro país. «Chéjov ha estado muy bien tratado por las editoriales españolas desde los años 20, de manera que hemos podido leer lo mejor de él. No es un escritor secreto al que haya que rescatar. Seguramente, es el más nombrado como influencia por parte de los cuentistas de todo el mundo. ¿Quién no pasa por él? Ahora tenemos la perspectiva completa», asevera.
Por otro lado, Viejo afirma que «la recepción que han ido teniendo estas cuatro entregas no es de estudiosos o filólogos, no es de gente mayor por decirlo de alguna manera, sino sobre todo de lectores nuevos y gente joven. Esto demuestra que Chéjov sigue siendo super-contemporáneo en su forma de escribir y en lo que cuenta», apunta.
Cuando se le pregunta qué prefería el maestro, si su obra narrativa o su producción como dramaturgo, Paul Viejo explica que «él se iría quedando con el dramaturgo, porque fue abandonando poco a poco la narrativa, a pesar de que apenas vio buenos resultados en el teatro. Pero en mi opinión todo lo que revolucionó en la escena y en la escritura dramática ya estaba en su narrativa breve desde muy temprano. Ahí vemos que Chéjov siempre estaba haciendo la misma obra, completa y global».
«En sus primeros años», prosigue Paul Viejo a renglón seguido, «la escritura de Chéjov es explícitamente teatral. Aunque escriba un cuento, ves a los personajes que ‘suben al escenario’, crea conflictos mínimos que pone sobre las tablas... Su teatro, lo que hace es invitar al lector/espectador a participar».
Otro de los atractivos de esta edición es la incorporación de las ilustraciones que solían acompañar a los cuentos en su publicación en prensa, y que a menudo eran obra del propio Chéjov. «Se incluyen también manuscritos y retratos, pero creo que lo más curioso son las ilustraciones de Chéjov, que conforman una serie amplia. A veces otro ilustrador podía proponer el tema sobre el cual debía versar el relato, o bien Chéjov trazaba unas líneas y se las pasaba al ilustrador para que empezara a trabajar sobre ellas. La conservación de estos dibujos no siempre ha sido la mejor, pero en general tienen bastante calidad, y no dejaba de ser un juego entre dos maneras de crear», dice.
Tras el largo parto en cuatro fases y otros tantos años de estos Cuentos completos, Paul Viejo asegura con una sonrisa que «está todo tan reciente que no nos planteamos nada más de esta envergadura a corto plazo», comenta en nombre del el resto del equipo de Páginas de Espuma.
«Por otro lado, sabemos que hay más Antón Chéjov. Por ejemplo, una parte muy poco conocida son sus crónicas, su faceta de periodista, que quizá sea bueno editar. Pero en fin, de momento tenemos 4.500 páginas suyas para leer», apostilla el editor.