En la casa de Dorantes

El concierto ‘Gitanos del Mediterráneo’ en el Alcázar fue de una calidad extraordinaria, con un directo estupendo y buena armonía en el escenario. Pocas veces hemos visto al pianista lebrijano tan a gusto sobre un escenario

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
24 sep 2016 / 17:49 h - Actualizado: 24 sep 2016 / 22:09 h.
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  • Dorantes en un momento del concierto. / Pepo Herrera
    Dorantes en un momento del concierto. / Pepo Herrera
  • El concierto se celebró en el Alcázar, con lleno absoluto. / Pepo Herrera
    El concierto se celebró en el Alcázar, con lleno absoluto. / Pepo Herrera
  • Un marco innigualable. / Pepo Herrera
    Un marco innigualable. / Pepo Herrera
  • Dorantes presenta al elenco de artistas que le acompañaba. / Pepo Herrera
    Dorantes presenta al elenco de artistas que le acompañaba. / Pepo Herrera
  • ,Un momento del concierto. / Pepo Herrera
    ,Un momento del concierto. / Pepo Herrera
  • ,Un momento del concierto. / Pepo Herrera
    ,Un momento del concierto. / Pepo Herrera
  • Dorantes en un momento del concierto. / Óscar Romero
    Dorantes en un momento del concierto. / Óscar Romero
  • Un instante del concierto en el Alcázar. / Óscar Romero
    Un instante del concierto en el Alcázar. / Óscar Romero
  • Un instante del concierto en el Alcázar. / Óscar Romero
    Un instante del concierto en el Alcázar. / Óscar Romero
  • Un instante del concierto en el Alcázar. / Óscar Romero
    Un instante del concierto en el Alcázar. / Óscar Romero

Recuerdo la primera vez que Dorantes se plantó en un teatro, el Lope de Vega de Sevilla, con su piano y cara de a ver dónde me he metido. No olvidaré nunca las lágrimas de su padre, el guitarrista Pedro Peña, emocionado ante las maravillas que salían del instrumento de teclado, que no le era ajeno al flamenco porque ya hubo pianistas flamencos en los cafés cantantes de Sevilla, en el XIX. La casa de los Peña era conservadora hasta que llegó Juan el Lebrijano, tío paterno de Dorantes, y decidió volver como un calcetín la tradición del cante gitano familiar. Me imagino al niño Dorantes escuchando a su abuela Perrata entre las encaladas paredes de aquella casa lebrijana, la de Bernardo Peña y María Fernández, cuando cantaba Caravana. Los músicos lo son por esas vivencias de la infancia y Dorantes es el gran compositor de la familia, el mejor músico. Qué duda cabe que es un creador y que su base es el flamenco tradicional, aunque se haya abierto a otras músicas, como tantos otros artistas flamencos amamantados en la más pura ortodoxia jonda.

¿Era lo de anoche flamenco? Sin duda alguna, aunque no todo. Lo que Dorantes nos trajo, como él mismo explicó sobre el escenario, es el resultado de haber visto en la casa de sus abuelos, sus padres y su tío Juan a músicos de diferentes universos musicales. Anoche eran gitanos turcos, Taksim Trío, tres calés que si no nos llegan a decir que son del aquel país podrían haber pasado por flamencos de Las Tres Mil. Uno de ellos era clavado a Caracafé, el del Kanun, Aitac Dogon. Dorantes quiso que viéramos su espectáculo como si estuviéramos invitados a su casa, sin pensar en otra cosa o querer adivinar qué era una seguiriya y qué la música tradicional turca, evolucionada, que interpretan estos tres gitanos, grandes músicos, porque se entendieron perfectamente, por ejemplo en los tangos, con falsetas del de la baglama que hubieran alucinado al mismísimo Melchor de Marchena. Dorantes se encargó, con la impresionante seguiriya de salida, de irlos metiendo en nuestros ritmos y el concierto fue de una calidad extraordinaria, con un directo estupendo y buena armonía en el escenario, lo que los jóvenes flamencos llaman buen rollo. Pocas veces hemos visto al pianista lebrijano tan a gusto sobre un escenario, como en su casa, venciendo incluso su extrema timidez. Se quedaba extasiado escuchando al clarinetista, Hüsnü Selendirici, o siguiendo cada detalle del buen percusionista Javi Ruibal. Eran los invitados a su casa, a su fiesta particular. Sin ver dónde estaba sentado su padre, Pedro Peña, porque estar estuvo, sé que, como aquella noche en el Lope de Vega, acabaría derramando unas lágrimas viendo cómo su retoño se acordaba de la abuela Perrata, a la que homenajeó con la canción Caravana. Y, sobre todo, viendo al público en pie aplaudiendo una obra que, la entendieran o no, la disfrutaron. De eso se trataba, de asistir a la casa del fenómeno para sentir el torniscón de la buena música de los gitanos del Mediterráneo.


Ficha artística:

XIX Bienal de Flamenco. Gitanos del Mediterráneo. Piano: Dorantes. Artistas invitados: Taksim Trío. Percusión: Javi Ruibal. Real Alcázar de Sevilla, 23 de septiembre de 2016. Calificación: ****