Entre la demolición de los sueños y el talento para la supervivencia

‘Zama’, de la argentina Lucrecia Martel, entra en la Sección Oficial a concurso con «una película sobre la identidad» coproducida por la española El Deseo

05 nov 2017 / 20:32 h - Actualizado: 05 nov 2017 / 20:44 h.
"Cine","Festival de Cine Europeo 2017"
  • Esther García, Agustín Almodóvar y Lola Dueñas, ayer en Sevilla. / El Correo
    Esther García, Agustín Almodóvar y Lola Dueñas, ayer en Sevilla. / El Correo

Zama, incluida en la Sección Oficial a concurso, es una película que te manda deberes para casa. Una película de pensar. En este caso, de pensar, por ejemplo, en lo importante que es saber a tiempo cuándo se ha perdido toda esperanza, que es el gran drama (el terrible descubrimiento) del personaje principal, el funcionario de la Corona española Diego de Zama (Daniel Giménez Cacho) en sus calamitosas vicisitudes en el Nuevo Mundo. Este ve cómo todos sus sueños se van haciendo de piedra conforme cree acercarse a ellos. Pero otros espectadores preferirán reflexionar sobre lo contrario: lo decisivo que es para cualquier persona saber adaptarse y sobrevivir por encima de esa muerte en vida que son, para algunos, sus expectativas. Así se ve en el papel de la dama que encarna Lola Dueñas, el del gobernador y, sobre todo, los de los indígenas en sus muy diversas y curiosas modalidades. Es, probablemente, el fruto más logrado del talento invertido en esta película por la argentina Lucrecia Martel, que no está en Sevilla (no podía) pero que tuvo en la citada actriz y en los productores Esther García y Agustín Almodóvar a los más aguerridos valedores de la película. «El idilio de El Deseo con la autora viene desde La ciénaga», explicó ayer Almodóvar a la prensa, «por cómo mostraba situaciones en las que el cine más simplista no se detiene».

Los productores se declararon útiles para establecer el puente con Europa que contribuya a sacar la obra de Martel más allá de «su ámbito natural, Argentina» e Iberoamérica. Lo cual es complicado, porque como recordó García, las coproducciones –y esta lo es: Argentina, Brasil, España, Francia, México, Holanda, Portugal, EEUU y Líbano, nada menos– están en peligro por encontrarse «fuera del sistema de ayudas al cine en España».

Lola Dueñas declaró su incondicionalidad por Lucrecia Martel, su admiración ante la belleza de sus parlamentos –«el tiempo no pasa cuando no hay inviernos», entre otras preciosidades– y su precisión magistral dando indicaciones lacónicas: siete palabras bastaron para que Dueñas comprendiera a la perfección lo que la directora quería hacer con su personaje: «Es de esa gente que quiere vivir».

Lo más duro –y a la vez, lo más divertido en ocasiones– del rodaje fue, según la actriz, «la época». Tuvieron que aprender las maneras de aquel tiempo, y las clases, reconoce, «fueron divertidísimas». Pero más allá de lo divertido o lo aburrido de cada cosa, «tuve claro que había formado parte de una obra maestra». Sobre la directora afirma que «desde el primer momento en que la ves te entregas a su universo», desde el que entre todos han compuesto esta «película sobre la identidad, sobre quién es uno», que llegará a los cines en enero próximo.