Aunque existen múltiples ejemplos, adaptar al teatro a otro género literario no es tarea fácil. Tal vez por ello Jean Lauwes se ha decantado por una suerte de narración ilustrada con algunas pinceladas dramáticas que respeta el espíritu épico de la novela de Stefan Hertsman.
Dicha novela se basa en las memorias que escribió el abuelo del autor, un militar aficionado a la pintura que combatió en la Primera Guerra Mundial, cuya crueldad nos cuenta con todo lujo de detalles. Y no es lo único, porque tras la liberación vino la epidemia de lo que se dio en llamar “gripe española” y se llevó por delante, entre otras miles de vidas, a la joven esposa del protagonista, de quien estaba profundamente enamorado. Estos dos episodios son el núcleo central de la representación teatral. Pero antes de llegar a ellos Lauwers, fiel a la novela, sitúa en primer plano a una narradora que comienza poniéndonos en situación sobre el origen de la historia, esto es, las memorias del abuelo, que aparece en un segundo plano dibujando. Acto seguido la narradora empleará cincuenta minutos en contarnos toda la primera parte de dichas memorias, en la que su protagonista se adentra en su infancia, y con ella en las terribles condiciones de vida de los obreros belgas. Se trata de una narración pura y dura, aunque salpicada con algunas acciones dramatizadas, cargadas de cierta ironía, que adquieren un tono épico en la escena de la fábrica, representada con un artilugio de madera tan impactante como sugerente. Todo un lujo para la escenografía, teniendo en cuenta la breve porción de tiempo que permanece en escena.
Por desgracia, todo ello nos crea una expectativa que no acaba de cumplirse. A partir de ahí la palabra vuelve a adueñarse del relato. Las acciones son meras ilustraciones que no acaban de integrarse en la dramaturgia hasta llegar a la escena de la guerra, y más tarde la de la muerte de la esposa. Pero el elevado tono dramático y efectista, así como la excesiva duración de estas escenas nos acaba saturando a pesar de la entrega y el derroche de talento y dominio de los músicos e intérpretes, entre quienes cabe destacar a Viviane de Muynck en su papel de narradora.
Obra: Guerra y Trementina (basada en la novela de Stefan Hertsman)
Lugar: Teatro Central, 16 de marzo
Compañía: Jan Lauwers/Needcompany
Adaptación teatral y puesta en escena: Jean Lauwers
Música: Rombout Willens
Intérpretes: Viviane de Muynck, Grace Ellen Barkey, Alain Franco, Benoult Gob, Romy Louise Lauwers, Simon Lenski, Sarah Lutz, Elik Niv, Maarten Seghers, mohamed Toukabri, George Van Dam
Calificación: ***