«‘Fidelio’ es la ópera más universal de cuantas transcurren en Sevilla»

Que tantas y tantas óperas hayan trascendido el tiempo es debido, en parte, a los grandes temas que muchas de ellas abordan. Asuntos igual de sensibles y relevantes para alguien del siglo XVIII como para nosotros, ciudadanos del siglo XXI. «Fidelio es una ópera universal», dijo ayer el director artístico del Teatro de la Maestranza, Pedro Halffter. Más aun, «Fidelio es la ópera más universal de cuantas transcurren en Sevilla». Y son unas cuantas. «Títulos como Carmen, El barbero de Sevilla o Las bodas de Fígaro describen la belleza de la capital de Andalucía, pero Fidelio lo que hace es tratar un tema tan universal como es la libertad del ser humano», subrayó. La obra podrá verse en tres funciones los días 24, 27 y 30 de octubre.

Una ópera que insiste en los ideales que movieron a Beethoven a componer su Novena Sinfonía y que vuelve al coliseo dentro de los actos conmemorativos del 25 aniversario de la Expo’92. «El Maestranza es el legado cultural más importante que dejó el acontecimiento», consideró Halffter, quien uniendo criterio económico y artístico, ha vuelto a apostar por la producción propia que el teatro estrenase en 2007 a cargo de Jose Carlos Plaza. «Lo terrible es que Fidelio siga estando en boga; un relato que muestra cómo el ser humano es capaz de luchar hasta el último momento para ser libre», expresó el director de escena. Este, en su creación escenográfica, fue a la «esencia, quitamos la anécdota y perseguimos destacar el canto a la libertad. Toda la historia de represión y corrupción previa se cuenta con una gran piedra herrumbrosa que oprime la escena y que levanta el coro al final, en el momento álgido, cuando vemos un skyline de Sevilla mediante una maqueta bellísima», detalló.

Precisamente, el barítono Thomas Gazheli, que encarna a Pizarro, el malo de la función, reflexionó sobre por qué Beethoven quiso ambientar su obra en Sevilla. «El otro día estuve en un tablao flamenco y entendí que la conclusión de esta ópera es muy parecida al arte jondo. El final de la obra es de tal alegría que se asemeja al éxtasis con el que actúan los flamencos en el escenario». Por su parte, la soprano Elena Pankratova, Fidelio, recalcó la «enorme dificultad» de su rol. «Tengo compañeras que abordan el papel y lo dejan luego a un lado. Pero creo que para una soprano dramática es fundamental defender esta ópera», dijo. Acostumbrada a cantar Wagner y Strauss, la artista rusa retrató su rol como el de una «mujer atrevida y sacrificada que quiere salvar a su marido de todo el mal que le está causando Pizarro».

El tenor Roberto Saccà (Florestan) –que vuelve a Sevilla después de casi 20 años, tras haber interpretado La flauta mágica– pone en valor el arco de Mozart a Beethoven de la obra y manifestó sentirse «muy cómodo» con su personaje y tener «ganas» de mostrárselo al público. Para el bajo Wilhelm Schwinghammer (Rocco) es «interesante» la evolución de su personaje, un carcelero que empieza mostrando un carácter cómico y divertido para después evolucionar hacia algo más oscuro.

BEETHOVEN A PIANO Y TRAS LOS OJOS DE LISZT

El Maestranza ha buscado arropar las tres funciones de Fidelio (para las que quedan entradas a la venta, de 46 a 116 euros) con un ciclo en el que se interpretará la integral de las Sonatas de Beethoven (del día 22 al 29 de octubre), que se pondrán en diálogo con los Estudios de György Ligeti y otras obras de compositores españoles actuales. Participará en el programa la pianista Judith Jáuregui (en la imagen). Además, a partir del 5 de noviembre se ofrecerá la integral de las Sinfonías de Beethoven en los arreglos pianísticos de Franz Liszt