«García Lorca no necesita un Nobel, ya lo tiene todo»

El cantaor catalán se confiesa desde siempre admirador del poeta de Fuentevaqueros, pero hasta ahora no le había rendido el tributo que se merece. Esa deuda queda saldada con ‘Enlorquecido’, que se presenta esta noche en el Auditorio Rocío Jurado

21 jun 2018 / 21:57 h - Actualizado: 21 jun 2018 / 22:28 h.
"Flamenco"
  • El cantaor Miguel Poveda, ayer durante la promoción de su nueva gira, en un hotel sevillano. / Manuel Gómez
    El cantaor Miguel Poveda, ayer durante la promoción de su nueva gira, en un hotel sevillano. / Manuel Gómez

{Adora tanto a Federico García Lorca que lleva su nombre tatuado en el antebrazo. Hoy (22.00 horas) llega al Auditorio Rocío Jurado con su último espectáculo, Enlorquecido.

—Más que preguntar el clásico ¿por qué Lorca?, tal vez habría que preguntarse, ¿quién se resiste a Federico?

—En mi caso, además de que ha sido siempre mi poeta favorito, creo que me llegó el momento de rendirle homenaje. Estaba en una edad en que podía asumir ese riesgo y ese compromiso.

—Usted ya puso música a Alberti y a varios poetas catalanes. ¿Cómo se plantea ese reto de convertir la palabra en canción?

—En el caso de Federico ha sido más complejo, porque como él mismo decía en una carta a Regino Sáinz de la Maza, existen mil federicos, y cada uno tiene un carácter. El de la etapa de juventud no es el mismo que el del Romancero gitano, o el de Poeta en Nueva York o El diván del Tamarit. Cada uno requiere una música distinta.

—¿Es verdad que este proyecto llegó a llevarle a la obsesión?

—Sí, empecé a preguntarme por qué después de tanto tiempo queriéndole, no había viajado aún hasta el fondo, hasta las entrañas de su poesía, y me había quedado en la superficie. Pero las cosas pasan cuando tienen que pasar: me propuse hacerlo como reto, al principio era una montaña como el Everest, pero el propio Federico te arrastra. Más quieres saber, y más te enseña. Una persona tan noble y tan sabia siempre te deja con hambre de más.

—Se considera a García Lorca un poeta muy flamenco, más allá de su universo más típicamente andaluz. ¿No le ha arrastrado hacia esos territorios?

—A Federico, no tendremos vida para agradecerle lo que hizo con Falla en el año 22, cuando organizaron el Concurso de Cante Jondo de Granada. Y lo relacionamos con el flamenco a través del Romancero gitano, del Poema del cante jondo, pero yo quería abrir el abanico, no quedarme en una sola faceta. Hay sonidos que me inspira su poesía que no tienen nada que ver con el flamenco.

—Repite con Joan Albert Amargós, a quien Mayte Martín y usted no le dejan apartarse de lo jondo...

—Me asombra el amor, la vitalidad y el compromiso que le pone a todo. Es un entusiasta. Buceó en el flamenco con Paco, Camarón, Menese, Cañizares, y fíjate lo que aportó. Ahora lo disfruta mucho más. Pedro Javier González, un excelente guitarrista de Barcelona, me dice: «Cuida del maestro, porque es nuestro Falla de hoy». En algunos poemas requería de una música más tipo rock sinfónico, Supertramp, Pink Floyd y Joan Albert lo pilló perfectamente.

—Una iniciativa popular pide un Nobel póstumo para García Lorca. ¿Una petición descabellada, o un acto de justicia?

—El primero que me hizo llegar esa petición fue Javier Cámara, quien a su vez la había recibido de Pilar Bardem. Reconozco que mi primer impulso fue decir «claro, me sumo, yo por Federico lo que sea». Otros amigos me dijeron que era Lorca quien daría categoría al Nobel, en caso de hacerse realidad aquella petición. La verdad es que ni el reglamento de la Academia Sueca contempla un Nobel póstumo, ni se puede dar un año a Lorca, otro a Borges, otro a Cernuda... Federico García Lorca no necesita un Nobel, ya lo tiene todo, el Nobel del universo entero rendido a sus obras. La iniciativa, de todos modos, es respetable, no pasa nada, pero creo que hay que luchar con más fuerza por otras cosas.

—Sus seguidores están acostumbrados a que usted toque se interne en géneros distintos del flamenco. Pero siempre hay alguno que espera su regreso «a casa»...

—El flamenco está muy fuerte, me da mucha alegría ver las agendas de mis compañeros que hacen flamenco tradicional, Jesús Méndez, Rafael de Utrera, María Terremoto, Rancapino Chico, Encarnita Anillo... Por la parte que me toca, yo sigo cada vez más mis necesidades, pero en toda esta gira haré una parte de flamenco. Y el 19 de noviembre, cuando cumplo 30 años en la música, voy a sacar una edición especial con lo que tenga grabado de ahí, con cosas de La Perrata, cantes de Levante, una guajira... Y todo en directo, nada de estudio. No me lo paso bien cantando por soleá delante de un cristal.

—Como catalán, ¿ha sido duro para usted todo lo que ha venido ocurriendo en su tierra en los últimos meses?

—Sí, porque se mezclan muchas cosas. Amo mi tierra, la conozco bien, conozco las ideologías que se dan allí y lamento que todas se hayan radicalizado. Todo esto me provoca tristeza. Intento comprender y empatizar con todo el mundo. Yo me siento muy catalán, he compartido con los castellets, hice una película con Bigas Luna y tengo muchos amigos independentistas, y mi música es el flamenco. Pero el problema ahora es que no se puede ni hablar. Si pones cualquier cosa que te diga como titular, al día siguiente viene alguien, coge lo que le interesa y me monta una campaña. Está todo muy crispado, y solo espero una vuelta a la normalidad. Ojalá demos todos cuanto antes con puntos de encuentro. ~