Gracias por mostrar la naturalidad del amor

Vivimos en un mundo hiperconectado en el que las relaciones personales se están reestructurando a golpe del uso de aplicaciones móviles. Ahora se hacen amistades, se busca sexo, incluso el amor con un móvil o una tablet. El cambio de valores, internet y las nuevas tecnologías han abierto una puerta que posiblemente ofrezca nuevas posibilidades pero también limite otras; lo que antes exigía tiempo y dedicación ahora se promueve y explota con un clic. Por eso es muy revelador, y enormemente estimulante que para hablar del tiempo suspendido, del descubrimiento del amor y del respeto y honestidad parental, el realizador italiano Luca Guadagnino desarrolle la historia de Call me by your name en el verano de 1983. Esta tiene lugar en un caserón aislado en un paraje al norte de Italia, donde vive un profesor de historia, su esposa y su hijo adolescente. Un espacio luminoso y tranquilo en el que parece que se ha detenido el tiempo entre la música, la lectura sosegada y los paseos por el campo. Pero la tormenta se desata en Elio, hijo de la pareja, con la llegada de Oliver, el apuesto joven algo mayor que él y colaborador de su padre. La brisa que desde el principio les separa servirá de excusa para tensionarlos y unirlos. Así, entre la seguridad de uno y los temores del otro, se irán descubriendo y construyendo los sentimientos, el deseo y la pasión. Es una historia turbadora además de sensual, tierna y dulce. Una emotiva, tímida, envolvente y sincera historia de amor. Y lo novedoso, es que toda ella, desde su contenido, su narrativa y su planteamiento fílmico, está libre de prejuicios, de culpas y de reproches. La película es puro relato, un campo poliédrico que sugiere más que muestra, y tan llena de luces y lecturas que se eleva hasta alcanzar lo poético.

Italia 2017 130 min.

Dirección: Luca Guadagnino

Intérpretes: Timothée Chamalet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Victoire Du Bois. Drama