«Hacemos la música que nos gusta, toda junta y de golpe»

El dúo murciano Crudo Pimento lleva este miércoles su propuesta al Cicus por el ‘Día de la Música’

19 jun 2017 / 21:51 h - Actualizado: 19 jun 2017 / 22:04 h.
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  • Raúl Frutos e Inma Gómez integran el irreverente dúo murciano Crudo Pimento. / Javier Rosa
    Raúl Frutos e Inma Gómez integran el irreverente dúo murciano Crudo Pimento. / Javier Rosa

Nada mejor para celebrar el Día de la Música que dejarse llevar por ella, literalmente, en el sentido de arrastrar. Y ese es el ánimo con el que conviene acudir este miércoles –a partir de las 21.30 horas– al Cicus (Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla), que propone para esta efeméride la actuación del irreverente, inclasificable e imprevisible dúo murciano Crudo Pimento, que presentan en Sevilla su tercer álbum, Teleiste Mouska, publicado en marzo con Everlasting Records.

Raúl Frutos e Inma Gómez son los integrantes de una de las formaciones más atípicas del panorama español, capaz de aunar cumbia, blues, grindcore, copla o death metal: «Como melómanos siempre nos han surgido preguntas del tipo ‘¿Cómo sonaría una cuadrilla tradicional de música boricua intentando tocar black metal en Oslo?’. Siempre decimos que hacemos la música que nos gustaría escuchar, toda junta y de golpe», afirman.

Con tres álbumes oficiales más dos de descartes, el dúo tiene fama de incontinencia compositiva: «A veces encontramos un hilo conductor y conceptual entre las toneladas de música que vamos generando día a día. Tenemos el estudio montado en el salón del pequeño apartamento en el que vivimos, lo que puede llegar a ser peligroso y acabar con la salud. Nunca hay hora para cortar con el trabajo de la grabación y experimentación».

El empleo de instrumentos inusuales y la improvisación son marcas de la casa y llevan a que se les defina como experimentales, etiqueta que no les molesta, aunque matizan: «Si no se puede tararear, silbar o canturrear –casi a modo de canción infantil– la música, incluso la más áspera y difícil, se convierte en algo que puedes tener que explicar sesudamente. En este momento puede perder esa conexión con lo ancestral y con la necesidad de expresión artística, digamos popular, del ser humano y se convierte en algo casi académico, elevado y reservado a una élite».

Más incómodos se sienten con el término fusión: «Nunca nos ha gustado mucho esa palabra, de entrada nos suena a algo que tienes que forzar para que empaste. Por ejemplo, si dices fusión, a nivel de música española, lo primero que nos viene a la mente es la apasionante escena, que amamos, de la fusión de rock y flamenco en los 70. Creemos que, ahora mismo, este camino está en vía muerta, llevamos muchos años arrastrando la sombra del Omega, muchos refritos y vueltas alrededor de esta obra maestra. Es el momento de dejar envejecer tan magna obra con dignidad y buscar caminos nuevos ciertamente inexplorados, siempre partiendo de la pureza y la tradición», añaden con toda la razón del mundo.

Ellos, a su bola, prefieren indagar por senderos extremos, mezclando por ejemplo una copla como La hija de Juan Simón con elementos de blues y voces que parecen sacadas de un disco de Pantera. Y no temen toparse con actitudes reaccionarias: «Entendemos perfectamente el que parte del público no entienda e incluso le abomine lo que hicimos con una de nuestras canciones favoritas de siempre; tengo que decir que se hizo desde el máximo respeto y con el máximo sentimiento puesto en ella. Canciones como esta podríamos decir que son nuestro blues, una historia triste y siniestra que puede llegar a entroncar directamente con el sentir y con la lírica del American Gothic, por ejemplo».

Teleiste Mouska, tercer disco del dúo, puede parecer en una primera escucha el trabajo más accesible de Crudo Pimento. También ellos lo creyeron: «Cuando entregamos el máster pensábamos sinceramente que por primera vez habíamos hecho algo parecido a un disco comercial, pero las opiniones del público nos han hecho ver que no es así», exponen antes de fraguar una reflexión: «Aunque somos devotos de la escena avant garde y experimental, siempre hemos pensado que en ella se peca de cierto elitismo y distanciamiento de la música popular. Expresar cantando ideas mundanas y sencillas del día a día es casi una necesidad humana, no entendemos la vanguardia sin tener presente la tradición y el uso y sentido mismo que ésta tiene en la vida cotidiana del ser humano. A la vanguardia por la retaguardia».

En esa línea experimental, este disco incorpora matices rap, incluso hay productores del género (J Dilla) colaborando. «La idea para este disco era precisamente esa: asimilar esa cultura de producción en el hip-hop y confrontarla con instrumentos y sonoridades primigenias y toscas. Es como un camino de ida y vuelta y vuelta a ir de la tradición musical afroamericana», cuentan los murcianos.

De tal modo, en el concierto de este miércoles nos encontraremos, ni más ni menos, que «a una mujer y un hombre dejándose llevar y disfrutando del regalo que supone que nos dejen expresarnos musical y libremente en distintas latitudes del mundo; en concreto en Sevilla, una de nuestras preferidas, hemos vivido grandes noches tocando aquí».

Antes que los murcianos, y para completar una velada redonda, tocarán los combos del taller de rock que organiza el Cicus. Las entradas están a la venta en la taquilla a seis euros (tres para la comunidad universitaria).