Instrucciones para crear un puente con palabras

El director de la RAE inaugura en la Fundación Cajasol una exposición llena de tesoros sobre los grandes escritores en español que cruzaron el océano

12 sep 2018 / 22:00 h - Actualizado: 12 sep 2018 / 21:45 h.
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  • Recortes de prensa son algunas de las curiosidades que se exhiben en esta exposición literaria y viajera de la Fundación Cajasol. / Fotos: Jesús Barrera
    Recortes de prensa son algunas de las curiosidades que se exhiben en esta exposición literaria y viajera de la Fundación Cajasol. / Fotos: Jesús Barrera
  • Acto inaugural de la muestra, ayer, en la Sala Murillo de Sevilla.
    Acto inaugural de la muestra, ayer, en la Sala Murillo de Sevilla.

Mientras por el mundo se van desplomando los nuevos puentes de hormigón –entre errores de construcción, terremotos y huracanes–, Sevilla celebra ahora la resistencia, la contundencia y el ejemplo inspirador de esos otros puentes que se pueden construir y de hecho se construyen con palabras: el elemento arquitectónico más eficaz que ha conocido la humanidad en su discutible modo de entender la solidez. Y esa celebración, que es también un homenaje pero sobre todo un reto para la ingeniería literaria de los que vendrán, se puede visitar en la Sala Murillo de la Fundación Cajasol, que está en la calle Francisco de Bruna, según se sube de la Plaza de San Francisco a la del Salvador. Los nuestros, un puente de palabras, es el título de este acontecimiento que coordina la escritora, traductora, profesora y gestora cultural Claudia Capel, una argentina afincada en Sevilla que tiene publicados cuatro libros de poesía y que trabajó muchos años en la Fundación Borges de Buenos Aires, dirigiendo las revistas literarias Prisma y Proa, que creó el autor que le da nombre.

La exposición, explica Capel, «es un recorrido por la literatura y los escritores del mundo hispanohablante, es decir, el mundo literario de España e Hispanoamérica. Todos los principales autores del siglo XX, desde Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, María Zambrano, Federico García Lorca, Pablo Neruda..., en fin, todos los grandes nombres que tuvieron que hacer ese intercambio a los dos lados del mar por diferentes motivos: la España peregrina de José Bergamín, todos los autores españoles que fueron a América a encontrar su lugar en el mundo, incluso editores que fundaron editoriales en países americanos, y luego todos los autores latinoamericanos que encontraron en España la vía también para salir de sus países o para encontrar voz en el continente europeo, el recordado boom latinoamericano de los años sesenta, los grandes nombres: Vargas Llosa, García Márquez, Onetti, Borges».

De entre todos los casos más destacables, Claudia Capel se fija especialmente en Federico García Lorca, «un poeta andaluz que es adorado en los países hispanohablantes». Un menú firmado por él de cuando estuvo en Argentina en 1933 es una de esas pequeñas grandes joyas que se ofrecen a la vista del visitante, pero no la única. «Una característica esencial de esta exposición», prosigue la coordinadora, «es que además de contarnos esta historia literaria nos acerca a las personas, al universo personal de los escritores. Podemos encontrar primeras ediciones de los libros que te quieras imaginar; correspondencia, firmas, dedicatorias; objetos personales, como algún pincel de Alberti, la máquina de escribir de Juan Carlos Onetti; luego, muchas fotografías también de encuentros tanto en España como en países latinoamericanos de diferentes personalidades; recortes de prensa de la época, muy interesantes, donde también se muestra el intercambio de los autores españoles que han publicado en Sudamérica; revistas literarias legendarias, muchas cosas. Tenemos una pequeña filmación de Federico García Lorca que es también bastante curiosa».

Pero además de la admiración que el recorrido pueda despertar en el amante de la literatura y los libros, de él se extrae una moraleja, como cuenta Capel. «Más de 500 millones de personas hablamos español en el mundo, con la característica y diferencia con respecto al chino y al inglés de que se habla en más de veinte países y que es lengua oficial en esos veinte países. Que tenemos un tesoro increíble que cuidar, y que los escritores, estos en concreto, han hecho un gran trabajo que tenemos que continuar, fomentando la lectura de libros en nuestra lengua original por encima de las traducciones. Nosotros tenemos un idioma muy rico, muy maravilloso, que se ve con una claridad increíble y tenemos que trabajar por él».