Martín Zimmermann nos tiene acostumbrados a puestas en escena espectaculares, a caballo entre la danza-teatro y el circo. En esta ocasión nos propone un monólogo con una impronta mucho más íntima que da rienda suelta a un humor que remite al cine mudo.
Fiel a su estilo, la puesta en escena se sirve de un complejo aparataje técnico, una maquinaria que reproduce un habitáculo abstracto con el que Zimmermann interactúa desde la primera escena. Gracias a su movilidad y a su coordinación con los movimientos corporales del clown, en complicidad con una excelente iluminación, a cargo de Sammy Marchina, y la impactante banda musical de Collin Vallón, la maquinaria llega a adquirir la categoría de personaje, hasta el punto de apuntar o incluso completar los gags, con los que Zimmermann sorprende una y otra vez al espectador. Al igual que sus anteriores montajes, el discurso se carga de lirismo y una atmósfera mágica envuelve las acciones del clown, que no para de deambular por la escena sin parar de hablar, aunque por supuesto sin palabras. Porque como buen bailarín y mimo este singular creador suizo sabe cómo transmitir sus pensamientos y emociones sólo con el gesto y el movimiento corporal. Aunque en esta ocasión la dramaturgia, de pura sencillez, resulta un tanto farragosa y no acaba de transmitir la reflexión que apunta, que según el programa de mano no es otra que la del enfrentamiento del personaje con sus propios miedos y la aceptación de sus límites.
Debido a ello la puesta en escena describe un ritmo irregular y un tanto plano y abusa de la repetición de las acciones. No obstante, Zimmermann, con absoluto dominio técnico y derroche de maestría, colma a su personaje de ternura y logra implicar al espectador con su discurso corporal cargado de comicidad que despierta en muchos momentos la risa del respetable.
Obra: Hallo
Lugar: Teatro Central 25 de noviembre
Compañía: Martin Zimmermann
Dramaturgia: Sabine Geistich
Ayundante de Puesta en escena y coreografía: Martin Zimmermann
Creación musical: Colin Vallón
Intérprete: Martin Zimmermann
Calificación: Tres estrellas