Javier Gurruchaga: «La noche se ha agriado, ha perdido la ‘dolce vita’»

La Orquesta Mondragón actúa en el Lope dentro de la gira ‘Anda suelto Satanás’

08 ene 2018 / 17:53 h - Actualizado: 09 ene 2018 / 10:19 h.
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  • El actor y cantante Javier Gurruchaga, en una reciente imagen de archivo. / El Correo
    El actor y cantante Javier Gurruchaga, en una reciente imagen de archivo. / El Correo

No lo dice él, ya se encarga de afirmarlo la crítica. Anda suelto Satanás –el disco y la gira– representa uno de los mejores momentos de la Orquesta Mondragón y de Javier Gurruchaga (San Sebastián, 1958), que esta noche hace escala en el Teatro Lope de Vega (20.30 horas, entradas de diez a 30 euros). «Es un disco que está hecho con amigos, con la riqueza que da encontrarte y grabar con personas como Rafa Sánchez, de La Unión, Mago de Oz y Luis Eduardo Aute, entre muchos otros», dice.

Sin embargo, hoy será Gurruchaga al 100%, incombustible, dos horas de nuevos temas y de clásicos a los que se les ha dado «un barniz nuevo». Pero por más que pasen años y décadas, la Mondragón sigue mirando a sus musas, ya se llamen Chuck Berry, Rolling Stones o Lou Reed. «Rock and rolll y blues; que nadie espere de nosotros que nos pongamos a hacer techno», advierte.

Por donde sí que ha pasado el tiempo, y no necesariamente para mejor, es por alguna de las letras de la banda. No porque hayan envejecido mal, más bien porque no las han dejado coger solera. «Hoy un tema como Muñeca hinchable es difícil de cantar porque podría malinterpretarse. Hace unos meses, en México me preguntaron por la canción Ellos las prefieren obesas. ‘Obesas no, gordas’, maticé yo. En aquel país, donde hay un índice enorme de gordos y gordas les encanta, aquí hay que andarse con cuidado. Nuestro humor es sano, nada retorcido, pero ni por esas... Si por algunos fuera habría que prohibir hasta Madame Bovary, vivimos tiempos de caza de brujas», lamenta.

Gurruchaga es un hedonista. Y de esos quedan pocos. «Siempre hemos intentado hacer lo que nos ha dado la gana, con humor y con ganas, pensamos canciones divertidas y no perdemos de vista nunca el himno Imagine, de John Lennon, que siempre nos ha acompañado», reconoce. También se mete, pero poco, en lodazales contemporáneos. «Creemos en el mundo como un lugar único, sin muros, abrazamos a los individuos y repudiamos los nacionalismos».

Hace un año, en una entrevista a un periódico catalán, Gurruchaga afirmó que Shostakovich le interesaba más que la política actual. ¿Más incluso que Puigdemont? «Absolutamente, el ruso aguantó el tirón y compuso hasta que se murió con 68 años, el catalán se marchó sin avisar». A lo mejor la clase política es un reflejo de unos tiempos «manifiestamente mejorables: «La noche en España, sea en la ciudad que sea, ha perdido la vitalidad. El ambiente se ha agriado, no hay una buena onda. Barcelona me encanta, como Madrid, pero ya la gente no sale, no te encuentras en la noche con personas interesantes, se ha perdido la dolce vita de Fellini, la movida de Almodóvar, ahora estamos todos en casita, con internet y más solos, mucho más, que antes», lamenta.

Esta noche volverá a reivindicar con su música que cualquier tiempo pasado fue, tal vez no mejor, pero sí algo más libertario: «En el 76 con 18 años me alquilé un traje de novia y salí travestido al escenario. Todos luchamos por ser más libres. Hasta el 81 teníamos que entregar un papel con el contenido de los conciertos. Luego, aire nuevo, llegó la movida y La Bola de Cristal. ¿Y ahora? Ahora estamos volviendo otra vez al miedo, al qué dirán», concluye.

DE TRUMP A MERLÍN CON LA PELUCA PUESTA

El Satanás de la nueva gira de la Orquesta Mondragón adquiere múltiples formas, una de ellas es, a buen seguro, la del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Javier Gurruchaga se pone el peluquín y atiza. «Le debe gustar jugar al futbolín, comer hamburguesas podridas y beber coca cola; es como un niño grande que tiene el mundo en sus manos. Ojalá se vaya pronto por el bien de la humanidad», dice el cantante. «Además –continúa– me molesta mucho que sea fan de Elvis Presley, a quien homenajea con su tupé, es como un Elvis en vejestorio. Esta noche, en el concierto, le daremos bien para el pelo», amenaza.

La anterior visita de Gurruchaga al Lope, en 2015, fue con la comedia Pluto, de Aristófanes. En 2012 acudió acompañado de Charo López para representar Carcajada salvaje. Ahora trae un concierto de la Mondragón, con la que estará de gira durante todo 2018. Aunque más bien habría que decir que su banda nunca ha aparcado la furgoneta. Quien los quiera, que los llame. Y, entre medias, Gurruchaga exprime su poliédrico talento y ejerce también como doblador en películas de dibujos animados. Fue gracias a estos trabajos que la compañía valenciana Trencadís lo reclutara para ponerlo al frente de Merlín, la leyenda; un musical rock con el que –ya adelanta– le gustaría volver en el futuro próximo a Sevilla. En él, el artista vasco vuelve a ajustarse una gran peluca, la del mago. Esta noche se pondrá otra, la de Trump. Y muchas más. Un pedacito de los refulgentes 80; esos que siguen más vivos que nunca.