Con sólo tres ábumes y un prestigioso premio Thelonius Monk bajo el brazo, la joven Cécile McLorin Salvant se presenta como una auténtica diva, perfeccionista, segura de sí misma y de lo que hace y capaz de perpetuar con estilo y dignidad la herencia de las grandes voces que hicieron del blues y el jazz un arma de sofisticada seducción para millones de aficionados en todo el mundo. Su juventud es precisamente lo que más impresiona cuando se descubre que detrás de su arte hay una desbordada pasión no sólo por las estrellas que le preceden, con Holiday, Vaughan, Smith y Fitzgerald a la cabeza, sino por toda una tradición anclada en la canción clásica americana.
Con todo lo que ofreció en el Lope de Vega al margen de lo ya grabado en sus tres discos hasta la fecha, podría editar un nuevo album cargado de nostalgia, precisión y excelentes vibraciones. Desgranó piezas de todos los grandes clásicos, Kern (Yesterdays), Porter (So in Love), Bernstein (Lonely Town), Berlin (Let’s Face the Music and Dance) y Bacharach, de quien ofreció una personalísima versión de la que según ella Internet considera una de las canciones más sexis de la historia, Wives and Lovers. Y aunque empezó siguiendo los cánones de la interpretación jazzística, con exposición del tema, interludio para lucimiento de los magníficos instrumentistas, y reexposición melódica de la voz, continuó desmarcándose de esa línea y ofreciendo nuevas y frescas impresiones con cada tema interpretado.
Su estilo corresponde al de una voz educada y elegante, con una amplísima tesitura que le permite ir de los graves más profundos a sorprendentes sobreagudos cambiando de registro con total naturalidad, sin imposturas ni estridencias. Del standard clásico pasó al folk afroamericano (John Henry) y a las composiciones originales, como ella mismo bautizó Look at Me o Fog, manteniendo siempre un dominio absoluto y una compostura extraordinaria. Su voz preciosa y aterciopelada instrumentó una commovedora versión de Alfonsina y el mar con una perfecta dicción en castellano, siempre por supuesto acompañada de un estupendo trío, el bajista Paul Sikivie, capaz de inimaginables sotto piani, el batería Lawrence Leathers, cuya efusiva creatividad se hizo patente especialmente en You Bring Out the Savage in Me, y un vertiginoso y preciosista Fred Nardin al piano.