Lanthimos no traiciona su estilo y espíritu en su primera película hablada en inglés y con reparto internacional. Su holgada producción le da al resultado un atractivo adicional, pero las constantes del realizador de Canino y Alps siguen intactas. Especialmente las del primero de los títulos reseñados, con el que comparte parodia sobre las convenciones sociales, el adoctrinamiento y la falta de libertad en un mundo en el que todo está medido y controlado. En este caso el experimento llega al paroxismo a través de la historia de un hombre que vive en una sociedad donde estar solo se considera un crimen, por lo que existen residencias de lujo, retiros, en los que se adiestra a hombres y mujeres solteros para encontrar pareja y reinsertarse en una sociedad fuertemente custodiada y controlada por los poderes fácticos. Y quien no logra su objetivo se transforma en animal, langosta por ejemplo. Algo de La fuga de Logan hay en esta película en la que quien se rebela tampoco puede huir de sus propias convenciones y de la formación que ha recibido. Su lujoso reparto y su impecable acabado formal transforman también el producto, haciéndolo más digerible para la platea general y permitiendo a su equipo artístico y técnico internacional crearse la ilusión por una vez en sus vidas de que están participando en algo diferente, incluso si se quiere transgresor en las formas, aunque desnudarse siga estando estrictamente prohibido.

Langosta

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Sección oficial. Grecia-Reino Unido-Irlanda-Holanda-Francia 2015. 118 min. Dirección: Yorgos Lanthimos. Intérpretes: Colin Farrell, Rachel Weisz, Léa Seydoux, John C. Reilly, Ben Whishaw.