La emoción de un encuentro anual

La gala Asecan fue un recipiente de emociones verdaderas y sinceras

28 ene 2017 / 19:36 h - Actualizado: 28 ene 2017 / 19:40 h.
"Cine"
  • El equipo de "El hombre de las mil caras" en el escenario tras recibir el Premio a la Mejor Película durante la 29 Gala de entrega de premios de la Asociación de Escritoras y Escritores de Andalucía (Asecan), celebrada hoy en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. EFE/Raúl Caro
    El equipo de "El hombre de las mil caras" en el escenario tras recibir el Premio a la Mejor Película durante la 29 Gala de entrega de premios de la Asociación de Escritoras y Escritores de Andalucía (Asecan), celebrada hoy en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. EFE/Raúl Caro

Desde mi óptica de socio de ASECAN (Asociación de Escritores y Escritoras de Cine de Andalucía) no puedo sino agradecer a su actual presidente Javier Paisano que la recuperara de la crisis que sufrió a principios de este nuevo siglo. Nació de forma humilde y muy discreta a principios de los años ochenta del pasado siglo, de la mano de gente que hizo mucho por la crítica andaluza en aquella época, como Juan Fabián Delgado, Francisco Casado y Rafael Utrera; y conoció su momento de mayor esplendor en los noventa, cuando el Cervantes, el Rialto y el mismo Lope de Vega acogieron galas nocturnas que quedaron para siempre en nuestra retina, y donde disfrutamos con el desparpajo y la desvergüenza de la familia Bardem, el debut de un entonces desconocido Paco León dando vida a una modelo presentadora que despistó a más de uno y una, o sentidos homenajes como el que se brindó a la inigualable Antoñita Colomé o al indispensable Juan Diego. Pero de la noche a la mañana Asecan se convirtió en una sombra, para renacer a principios de esta década y regalarnos a todos y todas quienes amamos este mundo del cine y la farándula un día de orgullo y satisfacción, al margen de toda la actividad que realiza a lo largo del año, y por extensión a toda esa Andalucía que sigue convencida de que la cultura, el arte, es el mejor vehículo que hay en el Mundo para alcanzar la libertad y la felicidad.

Como todos estos años anteriores, la gala Asecan fue un recipiente de emociones verdaderas y sinceras. Las de quienes reciben los premios, quienes los comparten y quienes nos sentimos parte de una familia que vive en este día el mejor y más dichoso de los encuentros. Los premios han pasado de aquellos dos únicos que celebraban la mejor producción española y extranjera del año, y que se entregaban en los Cines Corona de Los Remedios, a los quizás excesivos veintiocho premios que se entregaron en esta edición. Y decimos quizás porque en realidad es la forma de no dejar fuera a nadie que se dedique a esto tan difícil del cine en nuestra comunidad autónoma, en cualquier campo, artístico, técnico o de análisis e investigación. Y no son tantos cuando se entregan con la gracia y agilidad que le procuran sus presentadores desde hace ya algunas ediciones, Rafael Pontes y Marta Jiménez. Ella además logró el premio al mejor libro sobre cine editado en Andalucía, un original acercamiento al protagonista de Lost in Translation, Yo, Bill Murray. Premio compartido con Enrique Iznaola por Rodajes en Jaén: Memoria Cinematográfica de la provincia de Jaén, gran valedor del cine en Jaén, desde donde ha puesto todos los recursos que le procura la Diputación para promover la actividad cinematográfica también en aquella extraordinaria provincia. Premios que como el de difusión del cine en Andalucía o labor informativa sobre cine, dan entidad propia a nuestros galardones, y que este año reconocieron la labor ejercida por profesionales como Miguel Olid, redactor y crítico en ABC, además de incansable investigador y consumado cineasta, Rafael Rus, de Onda Jaén, así como por Andalucía Film Commission.

Veintiocho premios que permiten que aunque la gran superproducción El hombre de las mil caras del sevillano Alberto Rodríguez, lograra nueve premios, no fuera la única película que obtuviera reconocimiento. Hasta un total de trece cintas en distintos formatos se llevaron uno o dos galardones, permitiendo que una variopinta representación de la comunidad cinematográfica de Andalucía subiera al estrado a agradecer la distinción, celebrar la llegada de nuevas generaciones (muchos y muchas nos hicieron partícipes de su reciente o pronta paternidad o maternidad), reivindicar más y mejores papeles para mujeres (estupenda y emotiva Mercedes Hoyos, mejor actriz por Todo saldrá bien), expresar su satisfacción por cómo ha evolucionado el cine en nuestra comunidad (excelente, lúcido y conmovedor Julio Diamante a sus ochenta y seis años), o convencernos de que aún a los noventa y dos se sigue siendo joven y lleno de ilusiones (el empresario malagueño Francisco Gómez Reyes), y de paso arrancarnos más de una sonrisa y alguna que otra lágrima.

Pura emoción un año más en una sencilla gala, por obligación y por vocación, amenizada por la banda Ungravity, que nos descubrió a una Paz de Alarcón, bien conocida de los amantes al teatro, más polifacética todavía como espléndida cantante no sólo de cabaret (que eso lo sabíamos gracias a sus espectáculos junto a Juanjo Macías), sino también en registro rock, homenajeando a Leonard Cohen (First We Take Manhattan) y Triana (El lago), y de paso así a las producciones andaluzas Omega y Todo es de color. También fue un acierto interpretar en directo, en la cándida voz de Lara Chaves, la canción ganadora del Asecan, So Far and Yet So Close, del film El país del miedo, nominada al Goya el año pasado y compuesta por el malagueño Antonio Meliveo (Solas). Por su parte el sevillano Pablo Cervantes se llevó el premio a la mejor banda sonora por Ebro, de la cuna a la batalla, en una categoría en la que se echó en falta la espléndida música del jerezano Julio de la Rosa, que ha combinado a la perfección rock y minimalismo en la multipremiada película de Alberto Rodríguez.

En el recuerdo quedará también la imagen con la impactante mirada de la sufriente protagonista del documental Bolingo: El bosque del amor, de Miguel Ángel Salgado, así como el simpático video de Migue Amodeo, mejor director de fotografía por La novia, que salía junto a su esposa de cuentas esa misma mañana. Para terminar, es una lástima que muchas de estas producciones no hayan llegado a las pantallas, algunas de las que sí lo han hecho apenas hayan tenido publicidad y hayan sucumbido a un mercado voraz, y otras se exhiban directamente en la pequeña pantalla gracias al auspicio de Canal Sur. Pero como dijo Gervasio Iglesias al recoger su premio a la mejor película del año, muchos y muchas cineastas hoy nominados y premiadas preparan ya, o tienen a punto de estrenar, trabajos que van a dar mucho que hablar y nos van a sorprender muy gratamente. Brindemos como lo hace la gente de Las Tres Mil Viviendas, retratada en el documental de Remedos Malvárez, premiada como mejor directora novel: Alalá... que significa Alegría.