«La guitarra debe salir del gueto festivalero»

El guitarrista italiano Alberto Mesirca, candidato al Grammy, brinda un recital esta noche en Tres Culturas

26 oct 2016 / 22:24 h - Actualizado: 28 oct 2016 / 07:14 h.
"Música"
  • El guitarrista italiano Alberto Mesirca. / Giulio Favotto
    El guitarrista italiano Alberto Mesirca. / Giulio Favotto

Alberto Mesirca, galardonado Guitarra de Oro a la Mejor grabación y Mejor artista, candidato al Grammy al mejor solo en 2012, llega a Sevilla para brindar esta tarde (20.30 horas) en la Fundación Tres Culturas un recital bajo el título El Polifemo de Oro, organizado en colaboración con el colectivo MSur. El músico, que ha actuado en salas como el Concertgebouw de Amsterdam, considerada como una de las mejores salas de concierto del mundo, o el Teatro La Fenice de Venecia, ha estrenado obras compuestas para él por figuras de la composición como Leo Brouwer o Dusan Bogdanovic.

El repertorio escogido para esta cita «estará principalmente dedicado a la música italiana», explica, «partiendo del Renacimiento con Francesco Canova da Milano, el único músico que recibió en vida el título de divino junto con Miguel Ángel Buonarroti; Domenico Scarlatti, que vivió gran parte de su vida en España como tutor musical de la Infanta; Giulio Regondi, niño prodigio que ha dedicado a nuestro instrumento páginas maravillosas; Mario Castelnuovo Tedesco, de religión judía, compositor sinfónico obligado a emigrar en los años 30 por las leyes raciales y que tuvo éxito en Estados Unidos como compositor de películas y maestro de grandes autores como Henri Mancini e John Williams; y el estreno en España de dos composiciones, Alberto’s Tango de Marcelo Nisinman, gran bandoneonista argentino, y Notturno - Tombeau per Jimi Hendrix, di Claudio Ambrosini, vencedor del Prix de Rome y del Leone de Oro a su carrera en la Bienal Musical de Venecia».

Por otra parte, Mesirca ha publicado recientemente el disco Voces de Sefarad, donde ahonda en la tradición de la diáspora hebraica. «Siempre me ha fascinado el repertorio musical hebreo, porque es uno de los corpus sonoros más antiguos que han llegado a nuestros días. Normalmente, el repertorio que se conoce está conectado con la tradición askenazi, procedente de Polonia, Rusia, Ucrania... El repertorio sefardí no es menos fascinante, está muy ligado a la música dedicada al espectro guitarrístico, justamente porque procede del territorio hispano», comenta.

«Es inevitable que los grandes compositores, como Albéniz –él mismo de origen judío–, Falla o Rodrigo –que armonizó cuatro canciones sefardíes– fueran influenciados por esta maravillosa música. Para los guitarristas y los vihuelistas, el repertorio sefardí es de una fundamental importancia histórica, mientras que Alonso Mudarra, gran vihuelista renacentista, ha escrito la primera canción de texto religioso en lengua vernácula: Triste estaba el rey David, la misma que abre el disco».

El álbum ha sido realizado en colaboración con la gran cantante barroca Romina Basso y un ensemble turco de grandes músicos expertos en música otomana. «El motivo de la elección del grupo turco se debe al hecho de que cuando, en el 1492, los judíos fueron expulsados de España, tuvieron que emigrar y encontraron un hábitat idóneo, y sobre todo nada hostil, en Constantinopla, donde mezclaron su tradición de cantos con las melodías turcas. El rito del Maftirim es el ejemplo más evidente, que emplea incluso melodías sufis sobre textos hebreos».

En este proyecto, para Mesirca lo más complejo «ha sido seguramente realizar una búsqueda que no cayese en la banalidad ni que permaneciera en la superficie, pero para ello he estado rodeado de grandes expertos en la elección del repertorio que íbamos a grabar: en primer lugar, Aron Saltiel, que me aconsejó las maravillosas melodías del Rey de muncho madruga (un romance hispánico que sobrevivió gracias a la voluntad de preservar la memoria de parte de la comunidad que vivía en el Norte de África, Marruecos y Argelia), el Romance del Conde Niño y la espléndida Nani Nani, una nana cuya melodía ha sido hallada gracias a una grabación de una señora anciana que vivía en Esmirna. La música reunida ha llegado fundamentalmente por transmisión oral, de modo que las piezas son cantadas: quedan los textos (sorprendentemente muy similares en las diversas comunidades, en Turquía, en los Balcanes o en el norte de África), y las melodías y ritmos empleados, sobre todo tomados en préstamo de melodías preexistentes en sus respectivas comunidades. El trabajo de orquestación para los diversos instrumentos y los arreglos han requerido un cierto esfuerzo, pero la fascinación que nos producía lo compensaba. Los músicos turcos han usado instrumentos tradicionales (kemence, kanun, percusiones, ney, baglama) y para crear un hilo ininterrumpido entre los temas les he pedido crear pequeñas improvisaciones (taksim) sobres escalas o modos (makam) empleados en las distintas canciones».

En su opinión, «la guitarra hoy, en el mundo de la música clásica, ocupa un lugar marginal: está todavía poco integrada en los programas camerísticos de relieve, y seguramente es debido al hecho de que, tras grandes maestros como Segovia, Bream e Williams, no han salido figuras carismáticas que puedan mantener esa línea. El reto es tratar de salir del gueto de los festivales de guitarra, y regresar a un puesto más meritorio».