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Pedro Halffter, dirigiendo a la Sinfónica en 2006, llegó al podio con polémica y se fue con ella. / Gregorio Barrera -
El titular de la ROSS, John Axelrod, se enfrenta a la primera crisis económica estando él al frente. / J. L. Montero
Una vez más (...y van) la Sinfónica de Sevilla y el Teatro de la Maestranza vuelven a ser pasto de la especulación política sobre su futuro. Tras la escenificación de hace unas semanas en las que todas las administraciones –de distinto signo político– dieron por buena la posibilidad de un inminente tijeretazo económico (otro más), ayer el Partido Popular de Sevilla (PP) anunció que llevará una pregunta a la Comisión de Cultura del Parlamento andaluz para que la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, se comprometa con «medidas concretas que pongan fin» a la «precaria situación» que atraviesa la Orquesta Sinfónica de Sevilla y también el Teatro Maestranza. Ello a pesar de que el Ministerio de Cultura –en manos del Gobierno del PP durante estos últimos cuatro años– no ha hecho más que reducir paulatinamente la dotación presupuestaria del coliseo sevillano.
El presidente del PP de Sevilla, Juan Bueno, y la parlamentaria popular Alicia Martínez explicaron ayer no obstante que tras reunirse en el Parlamento con el comité de empresa de la Orquesta, van a «reclamar a la consejera de Cultura una apuesta clara por el futuro de la orquesta, que cuente con las aportaciones suficientes y con mejoras en la gestión».
«Es lamentable que una institución que ha situado en los más alto el nombre de esta ciudad en circuitos internacionales de la cultura, que debería ser motor de cultura, económico y de turismo cultural, esté atravesando una situación de precariedad por la mala gestión y por la falta de compromiso de la Junta de Andalucía».
Los populares explicaron que «tras celebrarse el consejo de administración de la ROSS, se aprobaron las cuentas con un déficit de 679.000 euros en 2015, y en 2016 podría cerrarse con pérdidas de 1,3 millones de euros». «Esta situación pone a la ROSS en causa de disolución, y para ello la solución dada por el gobierno andaluz es volver a recortar el salario de los músicos en un 15 por ciento», lamentaron los populares. «No podemos consentir que la solución que dé la Junta sea esta, la de bajar los sueldos a los músicos. Es inadmisible que sean los músicos los que tengan que pagar la incapacidad en la gestión de esta institución tan arraigada en Sevilla».
Los parlamentarios señalaron que «en dicho compromiso, la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla acordaron aportar tres millones de euros cada uno. Sin embargo, la Junta no ha cumplido con su parte, reduciendo su aportación hasta los 2,1 millones que aportará este año».
Paradójicamente, a finales de 2015, el compromiso que Rosa Aguilar adoptó con la ROSS fue el de «equilibrar» las aportaciones de la Junta tras reconocer que estas «habían sido algo menores» en los años anteriores. Ayer, sin embargo, no quiso hacer declaraciones ni valoraciones sobre las críticas vertidas hacia ella por parte del PP sevillano.
La Consejería destinaba al teatro al inicio de la crisis 2,7 millones de euros (en 2009 y 2010, respectivamente). Un año después le hurtó casi un millón de euros hasta reducir su apoyo en 1,75 millones. En 2012 dio 1,6 millones. Después, desde 2013 a 2016 su subvención se mantuvo estable en 1,4 millones. Desde 2009 ha reducido a la mitad su apoyo al principal coliseo andaluz.
Tras la deserción del Consorcio gestor del Maestranza y la ROSS de la Diputación de Sevilla, el Ayuntamiento es otro de los sostenedores fundamentales de la institución. En 2009 aportó 1.584.794 euros al teatro. En 2010 su recorte superó el millón de euros: sólo 413.331 euros. Desde entonces ha ido manteniendo una aportación inferior al millón, salvo en el año del último relevo en la Plaza Nueva, cuando dio 629.085 euros. En 2016 el compromiso ha vuelto a subir, y se han recuperado los 913.331 euros anteriores a las últimas elecciones locales.
Finalmente, en 2016 el Ministerio de Cultura ha destinado 1.675.000 euros al Maestranza. En términos generales, un millón menos que la cantidad que le aportaba en 2010. En total, la reducción del 50% del presupuesto pone al Maestranza y la ROSS ante una situación extremadamente delicada en la que solo el replanteamiento de la clase política o la adhesión sorprendente de un buen número de mecenas y patronos privados podría amortiguar el golpe.