Ocho años les ha costado a los voluntariosos miembros de la Compañía Sevillana de Zarzuela, entidad privada con fines benéficos encabezada por el economista Javier Sánchez-Rivas, resucitar el llamado género chico, que estaba muerto y enterrado –y con los vestuarios y decorados históricos apolillándose en viejos almacenes de Madrid– y lograr una temporada estable de representaciones en escenarios de altura. Los próximos días 27 y 28 de este mes, con Los claveles del maestro Serrano y Luis Fernández de Sevilla en el Espacio Turina, arranca por fin este sueño cumplido que tendrá su continuidad tanto en esta sala de la calle Laraña como en el Teatro Lope de Vega, instituciones regidas por el Ayuntamiento, que de este modo se compromete también en la operación de salvamento.
Javier Sánchez-Rivas lo celebra ahora, recordando que «la labor de rescate histórico-patrimonial que desde el proyecto se está haciendo es enorme». Y no solo por esa adquisición y restauración de vestuarios históricos y escenografías legendarias que vuelven a estar listas para cautivar al auditorio, sino en general por un empeño que va más allá de las representaciones concretas de zarzuelas, «como la promoción de jóvenes profesionales de las artes escénicas de nuestra ciudad, así como la generación de fondos económicos para entidades asistenciales de Sevilla y alrededores».
Sobre lo próximo que podrá verse sobre las tablas, el responsable del proyecto sociocultural de la Compañía Sevillana de Zarzuela explica que Los claveles es una «divertida» obra dividida en tres actos que «correrá a cargo de la orquesta y coro titular del proyecto en la celebración de una especial efeméride, el 25 aniversario de la Asociación Sevillana de Daño Cerebral (DACE)». Tras esta primera representación, prosigue Sánchez-Rivas, se «pegará el salto al Teatro Lope de Vega para poner en escena La del Soto del Parral, 90 años después de su estreno en Madrid. Esta obra será dirigida por la nieta del autor, Nieves Fernández de Sevilla, utilizándose para ello las escenografías y vestuarios históricos recientemente adquiridos y restaurados por la entidad. Antes pertenecieron al maestro Carvalho y a la Compañía Nacional Lírica de Cuba. Tendrán aproximadamente unos cincuenta años. Patrimonio de las artes escénicas de España que traemos a Sevilla».
En invierno, como explica el responsable de la idea, «la temporada continuará con las zarzuelas La Dolorosa y El chaleco blanco en el Espacio Turina, para culminar en primavera con La Revoltosa, del maestro Chapí». Es lo más llamativo de una propuesta artística que se plantea esta su primera temporada sevillana con la ambición de ir más allá de los espectáculos y abundar en otro tipo de actividades con las que asegurar la resurrección del género en una ciudad que, como llegó a decir el citado responsable, está llamada a ser «la nueva capital mundial de la zarzuela».
De este modo, el plan estratégico de la compañía para el curso que ahora se inaugura incluye también otros aspectos del rescate de este género musical: literario, de investigación y recuperación de partituras antiguas de archivos públicos y privados, construcción de escenografías, sastrería de época, conferencias, recitales, exposiciones, grabaciones y actos diversos que familiaricen a la sociedad, de nuevo, con la zarzuela. Dice Javier Sánchez-Rivas que se avecinan más sorpresas para completar «este esfuerzo cultural y social» que un puñado de sevillanos han logrado transustanciar de sueño a realidad y que cuenta ahora con un amplio respaldo institucional en la ciudad.