Leo Bassi: el compromiso que no cesa

Leo Bassi elige la sevillana sala de teatro TNT para estrenar su última obra, que gira en torno al fascismo y a la figura de Mussolini

07 abr 2019 / 16:21 h - Actualizado: 07 abr 2019 / 16:24 h.
"Cultura"
  • Leo Bassi: el compromiso que no cesa

Si hay un cómico cuyo nivel de compromiso no ha disminuido ni un ápice a lo largo de su carrera es Leo Bassi, a quien mucha gente recuerda por su humor desvergonzado y provocador tras su paso por la televisión. Una provocación que en este espectáculo cede en favor de una exquisita sátira en torno a la figura emblemática del fascismo, Benito Mussolini.

Un podio revestido con la simbología del fascismo italiano, una gran pantalla y un uniforme militar son los únicos elementos que Bassi necesita para encarnar a la figura del dictador, con el que se mimetiza hasta el punto de parecerse físicamente. Pero lejos de limitarse a caricaturizar al personaje, se propone transformarse en él utilizando su propia retórica hasta mostrar sus contradicciones. Por supuesto es pura ironía, pero algunas partes de su discurso coinciden tanto con las consignas de la extrema derecha española actual, que hasta nos cuesta reírnos.

Tal vez por ello Bassi, con el dominio del lenguaje del clown que le caracteriza, introduce en la dramaturgia toda una gama de gestos que provocan una risa tan inmediata como fugaz. Justo lo que precisa porque, más que hacernos reír, lo que se plantea es desentrañar las claves del fascismo ante la emergencia de partidos como VOX. Para ello Bassi ha llevado a cabo toda una labor de documentación que le permite transmitirnos datos muy significativos, como que la revista americana 'Time' sacara en portada a Mussolini como “Hombre del año” en 1936, o que la cara de la estatua del titan que hay en el centro Rocefeller de Nueva York sea precisamente la del Duce. Dos datos que nos descubren hasta qué punto Mussolini contó con el apoyo de países poderosos como Inglaterra y EE.UU, cuyo objetivo principal, antes de la expansión del nazismo, era vencer al comunismo. Y eso que el Duce había nacido en el seno de una familia bastante humilde en un pequeño pueblo italiano. Su padre era un carpintero socialista y su madre una maestra que le enseñó la importancia de estudiar y hablar diferentes idiomas.

Esto nos lo cuenta Bassi en el último acto. En ese momento sentado en un extremo del podio, con un discurso mucho más serio e introspectivo -tal vez demasiado porque baja un tanto el ritmo- nos enseña que el fascismo no es más que el triunfo del miedo y la mediocridad.