Los escritores independientes se citan en Sevilla para plantar cara a lo imposible

Cansados de presentar batalla cada uno por su cuenta –batalla perdida, para más inri–, de agarrarse a la tabla de salvación de las redes sociales para promocionar sus obras con cuidado de no cansar a sus seguidores y de estrellarse contra el muro bestial que la industria ha colocado entre el artista y su público, un puñado de escritores indies se han unido en un himno a la sinergia. Y esta misma semana vendrán a Sevilla a dar un puñetazo en la mesa tan fuerte como puedan: a darse a conocer, a mostrar sus obras, a hablar de sus experiencias y a explicar que en materia literaria no hay un solo camino, por más que lo pueda parecer.

La presidenta y fundadora de este ejército literario, Lusa Guerrero, anticipaba la visita comentando a este periódico que, más que de una guerra –por seguir con un argot más épico que militar–, se trata de «una odisea». Todo comenzó durante un ciclo de encuentros celebrado en octubre pasado en el Café Gijón de Madrid, donde autores emergentes andaluces, integrados en la Asociación de Escritores Independientes –que no se constituiría oficialmente hasta el 11 de diciembre–, acordaron reunirse el 19 de febrero a partir de las seis de la tarde en el Centro Cultural la Revuelta de Sevilla para compartir sus experiencias literarias y presentar al público sus obras, con una posterior mesa redonda con participación tanto de escritores como de público lector. Y para continuar, el sábado 20 la acción se traslada al Palacio de los Marqueses de la Algaba con una conferencia y una presentación matinal de libros en apoyo de la fundación sevillana Ana Bella, a la que se donará el diez por ciento del importe de las ventas. Como remate, desde mediodía hasta las cuatro de la tarde de ese mismo día, los protagonistas de la quedada estarán vendiendo y dedicando libros en El viajero sedentario, una librería café en la Alameda de Hércules.

Quienes se han citado para intentar demostrar que se puede plantar cara a un imposible con razonables posibilidades de éxito son alrededor de una veintena de autores emergentes de distintos lugares de España, entre los que se encuentran Ramón Somoza, Alicia Domínguez, Sarah Thomas, Antonio Orozco Guerrero, José Manuel García Otero, Fernando Mancha, Isabel Mata, Marta Sebastian, Aida del Pozo, Lydia Tapiero, Pablo Astorga, Joaquín Fernádez y la propia Lusa Guerrero.

Según la presidenta, «los socios fundadores de AEI hemos llegado a la conclusión de que solamente la solidaridad y la unión de los escritores puede lograr que el complicado camino del escritor emergente sea más transitable, así mismo nos hemos propuesto eliminar el viejo paradigma que muestra a los escritores como a personas egocéntricas e individualistas. Conseguir que los lectores nos concedan una oportunidad es nuestro mayor reto», comentaba Lusa.

Pero no se trata únicamente de promocionarse en materia de ventas y popularidad. «Otro de nuestros principales objetivos», añadía, «es velar rigurosamente para que las obras de los socios tengan unos estándares mínimos de calidad, pues solo así podremos prestigiar la imagen de la asociación y la de los asociados».

«Mi historia, como escritora independiente, nace de la ilusión, del convencimiento de que tengo mucho que aportar con mi narrativa a los lectores y por ello, a través las redes sociales, decidí dar publicidad a mis obras». Son palabras de Aida del Pozo, escritora del grupo que acudirá al encuentro sevillano. Su ilusión es compartida por otros autores: «Formar parte de AEI», dice Isabel Mata Vicente, ha marcado un antes y un después para mí. Los escritores independientes estamos muy solos y nos enfrentamos a un mundo desconocido».

Marta Sebastián Pérez subraya que «por primera vez en la historia, personas de diferentes lugares pueden conocerse, trabajar juntos y estar realmente unidas». Es lo que sostiene José Pimat: «Creo que la asociación nace por la necesidad de unión de muchos autores independientes que no pueden acceder a una editorial convencional, para defender sus derechos y su acceso a la cultura y a su difusión libre».

Mariam Rivas destaca la «amistad y ayuda sincera de otros compañeros», y advierte que «se me están abriendo puertas que hasta ahora estaban cerradas». Jordi Villalobos matiza: «Ser independiente no debe significar estar solo, cuanto más apoyado estés, cuantos más amigos tan independientes como tú tengas, más eficiente podrás ser y mejor podrás salvar los escollos, que cada vez son más, al iniciar el camino de la autoría independiente». Joaquín Fernández y Ramón Somoza coinciden en la valoración y en la idea de unión. El caso es que la criatura está ya en el mundo. Queda por ver qué le depara el futuro.