Los festivales, en busca de un «sello propio» para subsistir

Monkey Week testa el futuro de los eventos de música en vivo y la procelosa relación entre música y televisión dentro de sus jornadas para profesionales

14 oct 2017 / 18:07 h - Actualizado: 14 oct 2017 / 18:26 h.
"Música","Conciertos"
  • De izda. a dcha., June Calvo, Daniel Poveda, José Manuel Piñero, Jair Ramírez, José Manuel Sande y Julio Gómez en la mesa redonda. / Ana Gisbert
    De izda. a dcha., June Calvo, Daniel Poveda, José Manuel Piñero, Jair Ramírez, José Manuel Sande y Julio Gómez en la mesa redonda. / Ana Gisbert

Monkey Week SON Estrella Galicia cerraba esta madrugada pasada su frenética actividad –todavía este domingo hay alguna que otra bola (o bolo), extra–, pero en esta última jornada oficial, la del sábado, tenía programadas dos ponencias a priori muy interesantes en la sesión matinal para profesionales, Monkey Brain.

Lo fue, sin duda, la que tenía como título Festivales, adaptándose al público, magistralmente moderada por la joven investigadora June Calvo, responsable de un informe sobre este fenómeno a escala nacional que recoge 851 eventos el pasado año. ¿Estamos ante una burbuja?, se preguntó. «Corremos el peligro de que en algún momento la oferta sea mayor que la demanda», dijo Julio Gómez, organizador del singular festival gallego Sinsal, aunque «hay margen de maniobra para no meterse en la boca del lobo». «Más que hablar de burbuja, creo que son el reflejo de una nueva manera de vivir el ocio», terció José Manuel Piñero (Low Festival en Benidorm). «Muchas veces la gente se olvida de quién toca y va a la fiesta», añadió. Daniel Poveda (Vida Festival, de Vilanova i la Geltrú) puso el dedo en la llaga: «Yo creo que sí hay una burbuja y que sólo van a perdurar aquellos festivales que tienen un cartel arriesgado», o lo que es lo mismo, «identidad» y un «sello propio».

Jair Ramírez (del Keroxen canario) considera que los festivales deben proponer «una experiencia sensorial» al público, para que de este modo se vaya con la sensación de haber «vivido algo único», ya que «hoy día es difícil sorprender a la gente» con el cartel.

Para Piñero, la cuestión es que «hay público» y «las cifras de asistencia van a más cada año» pese a la «competencia, con festivales incluso coincidentes en fechas», por lo que a su juicio «hay que aprovechar la oportunidad y crear buenos conceptos». ¿Son, entonces, económicamente sostenibles los festivales? «Se habla mucho del impacto económico y turístico, pero faltan estudios con cifras reales», recela José Manuel Sande, concejal de La Coruña (Festival Noroeste). Gómez estimó que «el presupuesto debería repartirse a partes iguales (un 33% cada una) entre instituciones públicas, privadas y recursos propios, según el ideal inglés», expuso. Pero «la gente está acostumbrada a que le den eventos gratis. Y creo que debe pagar una entrada para así valorar lo que cuesta» y de este modo que la organización pueda «fidelizar su público», opina por su parte Ramírez.

«No hay que jugar a la ruleta rusa» ni «hacerse castillos en el aire», apunta Gómez como clave para no pasar apuros. Sande cree que la receta es «crecer de forma progresiva», Piñero añade que «paso a paso sabiendo que el primer año no es fácil que sea rentable» y Ramírez que hay que «saber hasta dónde puedes arriesgar».

En suma, cuidar la «marca», apunta Poveda antes de anotar otra clave: «Tratar al público como personas y no como unidades», para que «hable bien de la experiencia y el trato» recibido.

¿QUÉ PASA CON LA TELEVISIÓN?

Algo fallida, en cambio, resultó la anterior mesa redonda bajo el título Televisión y música: encuentros y desencuentros en la caja tonta. Y lo fue porque los ponentes no supieron dar respuesta a dos cuestiones muy sencillas: ¿tiene la música en general y la independiente en particular cabida en las parrillas de las cadenas de televisión? Y si no es así, ¿cuáles son las razones?

Aunque el moderador, el periodista de El País Fernando Navarro, lo intentó, lo cierto es que los presentes lanzaron balones fuera y se perdieron en justificaciones de rentabilidad económica y anécdotas que no ayudaron a centrar el debate. Baldomero Toscano (Mediaset) se mostró en desacuerdo con el término caja tonta por que «la audiencia es totalmente libre, ojalá en este país fuera todo tan democrático como la música», dijo. El problema, según José Manuel Sebastián (RTVE), reside en que «el valor que le damos a la música en la sociedad actual es mucho menor que hace 30 años». «Hace años que la televisión dejó de ser hegemónica para la música», expuso Joan Pons (Canal 33), «porque todo está en YouTube» y «cualquier programa que se haga en función de la audiencia está condenado al fracaso». Isabel Pérez (RTVA) fue más crítica: «Hay que dar un servicio público a las minorías» porque «viendo la respuesta del público en Monkey Week está claro que nos estamos perdiendo algo las televisiones».

BROCHE FINAL EN LA SALA MALANDAR Y VINILO ROCK

Monkey Week se despide este domingo con La resaca de los monos en la sala Malandar (Torneo, 43), donde actuarán desde las 18.30 horas y con acceso gratuito De la Venta Swing, Tera Bada y Jammin’ Dose. Y para rematar, a las 23.00 horas en Vinilo Rock Bar (Relator, 21) el fin de fiesta con sesión golfa a cargo de Dj Goyo Latimore.