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De izquierda a derecha, Miguel Rivera, César Díaz y Javier Vega, los tres integrantes de Maga. / Óscar Romero
El año 2016 supuso para la banda el de la confirmación de que la idea del retorno era no sólo oportuna sino además reclamada. La celebración del 15º aniversario, con disco en compañía de otros artistas, tuvo su refrendo en dos multitudinarios conciertos en la Sala Joy Eslava y, ya en el presente ejercicio, un tercero en casa, en el Teatro Central. El mejor caldo de cultivo para la aparición de Salto horizontal (Warner), un disco que devuelve al primer plano del pop patrio a Miguel Rivera (voz y guitarras), Javier Vega (bajo) y César Díaz (teclados). Horas antes de tocar en la Fnac, el vocalista cuenta los pormenores.
—En diciembre de 2014 decidisteis parar, pero sólo un año después llegó el anuncio de vuestro regreso. ¿Cuáles fueron los motivos?
—En realidad llevábamos dos años inactivos, al menos a nivel creativo. Hubo un momento en el que pensamos que algo no funcionaba o que no teníamos cosas que contar. Y la razón de la vuelta es la opuesta: si antes pensamos que se habían agotado las ideas, de repente vimos que teníamos unos bocetos, un grupo de canciones que podían conformar un futuro disco. Teníamos energía y motivación y por eso decidimos volver. En un par de meses teníamos entre manos un material interesante.
—Imagino que los conciertos del 15 aniversario en Joy Eslava, en marzo de 2016, os ayudaron en la decisión.
—Esos conciertos alimentaron más nuestras ganas, o mejor dicho, la seguridad de que había gente esperando tener noticias de Maga. Durante todo el año 2016 ya estuvimos trabajando en material nuevo. Y en esos conciertos de Madrid tuvimos una gran acogida por parte del público y los medios y sentimos el arropo de muchos amigos artistas que participaron en ese disco, lo que nos reafirmó en la idea de que Maga era un grupo querido, era conveniente volver.
—El nuevo disco vino precedido por el sencillo Por las tardes en el frío de las tiendas, quizás el tema más luminoso del álbum.
—Ese tema aglutina todos los elementos que caracterizan el sonido de Salto horizontal y la línea de trabajo que seguimos con Ángel Luján. Su propuesta era que Maga recuperara algunas señas de identidad que había perdido con el paso de los años: el uso de sintes y de bases electrónicas, las melodías luminosas, los ritmos juguetones... Creo que transmite la energía y vitalidad que tiene el grupo ahora.
—Vuestra discografía anterior fue publicada por Limbo Starr y Mushroom Pillow, dos sellos reputados dentro del pop independiente. ¿Qué ha supuesto fichar con la multinacional Warner?
—Principalmente tener una infraestructura de más peso y un alcance mayor. Y cortapisas que frenaran el devenir natural del grupo no ha habido ninguna: no se han metido en aspectos artísticos, nos han dado facilidades para todo, desde el diseño a la selección de los temas... La verdad es que están ayudando a que el disco llegue a cotas de audiencia mayores.
—Hablabas antes de Ángel Luján. En discos anteriores trabajasteis con Paco Loco o Jordi Gil, pero os he leído que es la primera vez que tenéis un productor.
—Es la primera vez que trabajamos con un productor externo que ha hecho las labores puramente de producción artística. Hasta ahora se habían centrado en una función más técnica. Queríamos contar con Ángel por su trabajo con Xoel López, Tulsa o Vetusta Morla. Desde el principio, la relación ha sido muy estrecha y se ha convertido durante un periodo de casi un año en un cuarto maga. Gran parte de la responsabilidad de que el disco suene como suena es suya. Y estamos muy satisfechos, creo que es el mejor disco de la carrera de Maga.
—¿Qué me puedes contar de la masterización a cargo de Brian Lucey (Arctic Monkeys, The Black Keys...)?
—Fue una decisión del propio Ángel. Él consideraba que iba a darle un pulido final al disco y efectivamente lo ha conseguido.
—La portada y todo el artwork del álbum son del argentino Fran Lemos. ¿Cómo surgió esa colaboración?
—Lo conocimos a través de un amigo común y nos gustó su trabajo, vimos que su estilo tenía ciertas semejanzas con nuestro imaginario, como la creación de bestias híbridas (mitad hombre, mitad animal) muy evocadoras y sugerentes. Le pasamos el disco y nos envió ilustraciones para cada canción, nos encantó. Creo que es el envoltorio perfecto para estas canciones.
—Hablemos de las colaboraciones que hay en Salto horizontal, como las voces de Anni B Sweet y Zahara.
—Ya las conocíamos a ambas, pero fue a raíz de su colaboración en el disco del 15 aniversario que cuajó una amistad cada vez más fuerte. Este es un disco muy luminoso, al menos comparado con otros de Maga, tampoco es bachata, pero queríamos darle una pincelada de luz en las voces y pensamos en el timbre de estas chicas. Anni aporta una frescura añadida al estribillo de Por las tardes..., es como un campo de flores que se abren con los rayos del sol.
—Juandi Gosálvez toca la batería en más de la mitad de los temas, pero seguís sin batería oficial de la banda.
—Cuando se fue el último, Pablo Cabra, decidimos que la batería a partir de ahora sería para profesionales que colaboraran en directo o en el disco. Juandi hizo su trabajo pero ahora, para la gira, vamos a contar con otro batería, Pepe Benítez, que está con Hi Corea! y ha colaborado con Niño de Elche.
—Jordi Montero toca viola y violín en dos de los temas, Esmeralda y De plata.
—Sí, tiene un bagaje peculiar, fue violinista de Love of Lesbian en sus primeros discos, cuando cantaban en inglés. En este disco queríamos utilizar elementos que no estuvieran presentes en los discos anteriores y Jordi nos aportó las cuerdas en esos dos temas. A De plata le da un aire folkie muy curioso.
—En dos semanas iniciáis la gira que os llevará por una quincena de ciudades españolas, incluido el paso por el festival Interestelar (19 y 20 de mayo). Imagino que habrá muchas ganas también de volver a la carretera.
—Creo que el paso natural ahora es llevar los temas al directo y demostrar que pueden sonar incluso mejor que en el disco. Cuando se consigue eso, se dignifica.