Más técnica que arte en la Catedral

El de Patricia Guerrero es de ese tipo de espectáculos sobre los que te preguntas si vas a disfrutar o no del flamenco, que es de lo que se trata.

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
01 oct 2016 / 09:39 h - Actualizado: 01 oct 2016 / 09:42 h.
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  • Momento del espectáculo ofrecido ayer por Patricia Guerrero en el Lope de Vega. / Manuel Gómez
    Momento del espectáculo ofrecido ayer por Patricia Guerrero en el Lope de Vega. / Manuel Gómez

Apesar de su juventud (Granada, 1990), Patricia Guerrero es una bailaora muy madura, quizás por haber vivido el baile desde niña en su propia casa y su enorme preparación tanto de flamenco como de clásico español. Catedral, la obra que estrenó anoche en el Lope de Vega, coproducida por la Bienal, el Festival de Jerez y el Conseil Departamental des Landes, de Francia, con la colaboración del Festival de Cante Jondo Antonio Mairena, es un ambicioso proyecto de esta artista, una obra algo compleja, sin duda bien montada. Según el programa de mano, una liturgia sobre el dolor y la liberación de la mujer, que reflexiona sobre el papel de la religión en su opresión. Un tema muy de actualidad, por cierto, aunque tan viejo como la existencia de los seres humanos.

Se ha rodeado la bailarina y coreógrafa, en lo que respecta al flamenco, de un cantaor de voz sabrosa como es el gaditano José Anillo, los percusionistas Paco Vega y David El Chupete y el guitarrista malagueño Juan Requena, quien se ha encargado de la composición musical junto a Agustín Diassera. Interesante, por cierto, la base musical de este espectáculo, con un Requena grandioso. Los flamencos conviviendo en perfecta armonía con tenores y contratenores, algo que no es ni mucho menos una novedad. De hecho, en el origen del cante flamenco, la línea entre cantaores y tenores o barítonos era más delgada de lo que se pudiera pensar.

La obra no es larga y los primeros veinte minutos fueron verdaderamente aburridos. Es de ese tipo de espectáculos, que como estamos ya tan escamados con esta Bienal, te preguntas si vas a disfrutar o no del flamenco, que es de lo que se trata. Patricia Guerrero no baila flamenco y lo que hace en Catedral está lejos de serlo. Quizás pueda considerarse flamenca la seguiriya, que musicalmente fue lo mejor tanto por parte de Anillo como de Requena, quienes inundaron todo el teatro de jondura. La bailaora, con técnica de bailarina clásica, la construye bien y la coreografía tuvo su mérito, pero lo hacía todo con demasiados cortes, de manera excesivamente enérgica, sin pararse, metiendo los pies en exceso y, sobre todo, sin arte. Una máquina de bailar, con unos recursos físicos increíbles y mucha técnica, pero poco más.

En los tangos se soltó un poco el pelo y la pelvis, pero en general, sin quitar mérito a la obra, lo que vimos –la música, repito, era extraordinaria–, está lejos del verdadero flamenco, que suele perderse cuando la bailaora está atada a un esquema escénico y trata de contar una historia con sus movimientos, gestos, miradas y, en definitiva, teatro. Quizás si viéramos este mismo espectáculo en otro tipo de festival, al que el público no vaya a sentir el torniscón de lo jondo, sino a que lo deslumbren con unas luces y un escenario de cine, otro gallo cantaría. Pero aquí solemos dar más valor al arte y la emoción.

Catedral: ***

XIX Bienal de Flamenco de Sevilla. Teatro Lope de Vega. 30 de septiembre. Baile: Patricia Guerrero. Cuerpo de baile: Maise Márquez, Ana Agraz y Mónica Iglesias. Cante: José Anillo. Guitarra: Juan Requena. Percusión: David ‘El Chupete, Paco Vega. Tenor: Diego Pérez. Contratenor: Daniel Pérez. Dirección escénica: Juan Dolores Caballero. Coreografía: Patricia Guerrero.