«Mi poesía tiene un poso social, pero nada de consignas»

La poeta Rocío Hernández Triano presentó ‘Pisar cieno’

02 may 2016 / 09:04 h - Actualizado: 02 may 2016 / 09:04 h.
"Literatura","Feria del Libro"
  • La poeta Rocío Hernández Triano. / El Correo
    La poeta Rocío Hernández Triano. / El Correo

Con una obra sólida y en aumento, Rocío Hernández Triano (Sevilla, 1976) presentó ayer en la FLS su último poemario, Pisar cieno, publicado por Algaida tras ganar el premio de poesía Ciudad de Badajoz.

«Es un libro sobre la memoria», explicó la autora. «Repaso mi propia vida, sobre todo la infancia y la adolescencia. El título es una metáfora alrededor de la idea de buscar las raíces, no solo las más dulces, sino también los momentos duros, extraños u oscuros. Mi madre murió cuando yo era adolescente, mi padre después, pero también pronto. A ambos les rindo homenaje en estas páginas», agregó.

Según Hernández Triano, el libro se estructura en tres partes: la primera se titula Libro de familia, la segunda Carnet de identidad, y la tercera Otros documentos nacionales. «Ahí hablo de temas de actualidad, de la crisis, de los barrios obreros... De los ancianos y también de los niños, en concreto de un niño de los años 80 y de una niña de la actualidad», comentó.

Sin embargo, la autora subraya que «no se trata de poemas sociales exactamente, no en el sentido que tenía esa palabra en los 70. Creo que hay un lado social, una postura ideológica y política que se ven, pero a través de detalles, de anécdotas. No hay consignas ni mensajes explícitos, aunque el poso sí que está».

Un jurado compuesto entre otros por Jon Juaristi, Jaime Álvarez Buiza, Andrés Trapiello y José Antonio Ramírez Lozano –quien ofició ayer como presentador– otorgó el premio Ciudad de Badajoz a Pisar cieno.

«La verdad es que los premios se han convertido en una posibilidad básica para publicar, aunque debo decir que con este libro tuve suerte: no lo he movido, llegó y pegó», dijo.

Y aunque algunos temas de los que aborda puedan parecer graves, «hay mucha ironía y distancia. Aunque parezca paradójico, es un libro muy subjetivo, pero distanciado», concluye la autora de títulos como Los seres quebradizos o Equilibristas.