«No tengo truco: hago mis canciones y la gente baila sin parar»

El cantante sirio Omar Souleyman, que se forjó cantando en bodas en Turquía, visita esta noche Sevilla dentro del ciclo de conciertos Pop CAAC

05 jul 2018 / 18:04 h - Actualizado: 05 jul 2018 / 23:03 h.
"Música"
  • El cantante Omar Souleyman, en una imagen promocional. / El Correo
    El cantante Omar Souleyman, en una imagen promocional. / El Correo

«No defiendo un personaje, no es un disfraz. Soy así, esta es mi forma de ser». Lo dice el músico del pañuelo, las gafas de sol y el bigote bien recortado que bajo el nombre de Omar Souleyman ha pasado de ganarse la vida en bodas a llenar auditorios y figurar en los principales festivales de música indie y electrónica de todo el mundo. Hoy (21.00 horas) estará en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo como parte del ciclo de conciertos Pop CAAC.

«Para mí todo es igual, ya se trate de una boda u otro tipo de concierto», comenta por correo electrónico para El Correo este artista sirio afincado en Turquía. «El repertorio es lo único que cambia, porque en una boda puedo llegar a cantar durante muchas horas».

Lo cierto es que Souleyman lleva desde el año 94 haciendo bailar a gente de los cinco continentes, para lo cual asegura no tener «ningún truco. En cualquier situación, nos ponemos a hacer nuestras canciones y la gente baila sin parar», afirma. «En las bodas es un tipo de danza distinta, pero en mis espectáculos hacen su propio New Omar Dance», agrega.

Cuando se le pregunta si es consciente de que muchos músicos cultos desprecian la música bailable que él hace, parece ponerse aún más serio de lo que suele lucir. «Les diría que deberían escuchar mejor. Y luego reconsiderar su postura», dice secamente.

Tampoco es ajeno Omar Souleyman al hecho de que muchos seguidores de su música también la despreciarían o ignorarían si no hubiera fichado por un sello internacional como el estadounidense Sublime Frequencies. «He trabajado con varios sellos y es muy importante, sí. Supone un gran estímulo para continuar haciendo mi trabajo», subraya.

Autor de más de 500 discos, gran parte de los cuales son grabaciones realizadas en bodas y regaladas a las parejas, que luego se copian y se venden en los quioscos locales, denuncia que la piratería «es algo molesto. En Oriente Medio hay muchos ladrones en ese campo y me han engañado muchas veces», concluye el músico.