«Nos sigue gustando trabajar con crudeza»

Fiera, facción post-punk de Pony Bravo reducida a dúo para su segundo álbum, ‘Aljarafe’, abrirá este jueves en el Casino de la Exposición la velada más catártica del ciclo Nocturama

21 jun 2017 / 21:38 h - Actualizado: 21 jun 2017 / 22:05 h.
"Música","Conciertos"
  • Los sevillanos Fiera, cuarteto reconvertido en dúo, abrirán la velada de este jueves en los jardines del Casino de la Exposición. / Lulur Lunch
    Los sevillanos Fiera, cuarteto reconvertido en dúo, abrirán la velada de este jueves en los jardines del Casino de la Exposición. / Lulur Lunch
  • Pablo Peña y Darío del Moral, miembros de Fiera, en plena actuación. / Discos Humo
    Pablo Peña y Darío del Moral, miembros de Fiera, en plena actuación. / Discos Humo

Encara el ciclo Nocturama, en los jardines del Casino de la Exposición, la segunda de sus tres semanas de programación a cargo de La Suite. Y lo hace con la –probablemente– velada más tremenda, intensa y catártica de su cartel, la que integran este jueves los bilbaínos Atom Rhumba y el dúo local Fiera, la facción post-punk de Pony Bravo que presenta su segundo artefacto sonoro, Aljarafe (Discos Humo, 2016).

En el estreno, Déjese llevar (El Rancho Casa de Discos, 2010), Fiera fue recibido por muchos como un apéndice o proyecto secundario de Pony Bravo, dado que estaban en el ajo los mismos cuatro músicos. Pero Daniel Alonso y Javier Rivera se bajaron del tren en un momento dado y Fiera quedó reducido al dúo que componen en la actualidad Pablo Peña (voz, bajo) y Darío del Moral (cajas de ritmo, mesa de mezclas, samples...).

«Fue una época en la que acabamos la gira del tercer disco de Pony [De palmas y Cacería, 2013], que fue agotadora, ya que duró más de dos años. Necesitábamos un respiro, sobre todo mental, descongestionarnos», relata Pablo Peña. «Cuando lo retomamos, vimos que Darío y yo teníamos más claro el concepto musical, sobre todo por el tema de la electrónica», añade el vocalista.

Esa necesidad de tomar aire y los compromisos artísticos y personales de unos y otros limitaron el formato de la banda y su feracidad, hasta el punto de pasar seis años entre ambos discos: «Darío ha estado liado con la producción del disco de Niño de Elche, y yo estoy también con una compañía de teatro de Madrid (Club Caníbal), que tienen una trilogía llamada Crónicas ibéricas y yo toco en el directo», justifica Peña sobre esa dilación.

BAJO Y MESA DE MEZCLAS

Pese a ese lapso temporal, y a la patente carga de electrónica en Aljarafe, los dos álbumes no suenan tan diferentes porque los une esa línea de bajo de desasosegante post-punk y la particular forma de cantar-vociferar de Pablo: «Las diferencias más grandes se ven en el directo. En el primero había instrumentos fabricados con chapas, latas, tubos de pvc, incluso una aspiradora y en el segundo sólo tenemos el bajo y la mesa de mezclas», dice en primera instancia. Esa merma de los cacharros utilizados a modo de instrumentos en el debú se aprecia sobre las tablas: «En el disco sí hay algunos elementos, pero en el directo era inviable porque Darío no tiene más que dos brazos y queríamos tirar hacia la parte electrónica, así que usa la mesa y tan sólo hemos metido pedales con efectos», explica.

Más divergencia: «A nivel de composición, el segundo creo que es un poco más elaborado, tiene más arreglos. Aunque nos sigue gustando trabajar con crudeza, percibo que hay un mayor trabajo de producción. El primero se grabó prácticamente en directo, casi en la primera toma, incluso hay errores que dejamos a propósito», reconoce.

Y otra más: «También la extensión de las letras es distinta. En el primero eran más concentradas y en este son más largas, en los últimos años he estado escuchando mucho rap y se nota», dice Peña.

Para Aljarafe cambiaron de sello tras fichar por Discos Humo: «Hubo una motivación económica, teníamos muchos gastos y no podíamos asumir la edición del disco», admite. «Aparte, somos muy fans de Discos Humo, les contacté y ellos precisamente estaban buscando nuevas referencias y me dijeron que habían pensado en nosotros pero que suponían que seguiríamos con El Rancho. Fue una casualidad, pero estamos encantados, el trato es muy familiar y directo». Grabado en los estudios La Mina, en la producción han participado Raúl Pérez, la dj catalana Susana Hernández (Ylia) y el gallego Hevi: «Ha sido un proceso bastante colaborativo en el que todos han aportado», añade el cantante.

Para esta noche en Nocturama, Fiera promete tralla: «Tocaremos el álbum Aljarafe y temas del primer disco que hemos integrado en el repertorio nuevo. Todo el concierto es más bailable que antes. Además, seguro que hay un equipazo de sonido, sonará potente», prevé Peña, para el que es un privilegio compartir escenario con Atom Rhumba: «Va a ser una noche bastante divertida y calurosa, sudaremos de lo lindo, será muy punkie».

Y ya tienen planes a corto plazo: «El objetivo con Pony Bravo es encerrarnos en agosto en una casa y concentrarnos en el cuarto disco, hay ya algunas ideíllas, pero todavía están en el aire», dice. Y también hay material de Fiera calentito: «Queremos sacar un epé o un single en vinilo con tres temas nuevos que ya tenemos maquetados», avanza. Mientras, seguirán presentando su ácido disco en Málaga, Galicia, Oviedo o Madrid.

EL REGRESO DE ATOM RHUMBA

Completará la velada la banda bilbaína Atom Rhumba, con su rock and roll salvaje de incendiario directo plasmado en media docena de álbumes en una trayectoria intermitente que no había dado señales de vida desde Gargantuan Melee (Brian’s Records, 2010). Tras siete años de silencio, Rober, Joseba Irazoki y compañía presentaron recientemente el tema Automatically Updated, adelanto de su nuevo disco que saldrá tras el verano.

Para la noche del viernes, el ciclo Nocturama tiene reservada otra sesión de alto voltaje a cargo de Josele Santiago, el alma de Los Enemigos, y el combo chileno La BIG Rabia. Arde Sevilla.