Aunque está considerado uno de los grandes maestros vivos de la novela anglosajona, Robert Coover (1932), autor de La hoguera pública, calificada como la cuarta mejor novela en inglés del siglo XX, sus dos grandes obras permanecían sin traducir al español hasta que lo ha hecho el sello malagueño Pálido Fuego.
Tras la publicación el año pasado en España de La hoguera pública, que narra la ejecución del matrimonio Rosenberg por espiar para la URSS en plena Guerra Fría y la carrera política del entonces vicepresidente Richard Nixon, José Luis Amores, director de la editorial Pálido Fuego, ha traducido ahora la otra gran obra de Coover, Pinocho en Venecia.
La hoguera pública ha sido puesta por la crítica anglosajona a la altura de Ulises (Joyce), Pálido fuego (Nabokov) y El arcoíris de gravedad (Pynchon).
Amores dijo a Efe que, curiosamente, «los libros de Coover que permanecían inéditos en castellano eran mejores que las obras suyas que ya se habían publicado en España», títulos también considerados de culto como La fiesta de Gerald, Azotando a la doncella, Zarzarrosa, Sesión de cine y El hurgón mágico.
Todas esas novelas conocidas en español son mucho más breves que La hoguera pública, de casi 650 páginas y que Pinocho en Venecia, 400 páginas, y de menor complejidad narrativa.
El Pinocho de Coover –el editor ha advertido que nada tiene que ver tampoco el Pinocho de su creador, Carlo Collodi, con el más mediático de Disney– es un sujeto que, muchos años después de haberse transformado en un niño de carne y hueso, es un anciano experto en arte, profesor emérito, famoso por sus correrías en Hollywood.
Un personaje que, según Amores, «viajó a América, participó en una mala película, vivió aventuras dignas de un playboy, se convirtió en académico, publicó libros, recibió dos premios Nobel, y envejeció» justo antes del desenlace de la novela de Coover.
Este personaje, en un acceso de nostalgia, decide regresar a Venecia para escribir su última y definitiva obra, un homenaje al hada que transformó su madera original en la carne y hueso con la que, hacía tantos años, cobró vida.
Según José Luis Amores, el estadounidense Coover «recrudece el ya crudo personaje de Collodi», ya que su protagonista «carece de simpatía».
Pinocho en Venecia ya fue considerado uno de los acontecimientos culturales del año 1991 en el ámbito anglosajón, pero ante lo que Amores no deja de sorprenderse es con los 37 años que La hoguera pública tardó en publicarse en español, lo que atribuyó a una inmerecida fama de dificultad en su traducción.
«Novelas más complejas han sido traducidas, y vendidas, e imagino que leídas; los caprichos de la edición son insondables», dijo quien achaca esa demora a un posible menosprecio del lector español, del que «se ha podido pensar que no daba en general la talla y, por tanto, traducir al maestro norteamericano no era rentable».
«Difundir bazofia»
Sobre esos criterios de edición, reflexiona el editor Amores: «Una pena para nuestro país si corremos a difundir la bazofia cultural del otro lado del charco en detrimento de lo auténticamente sublime, rico e imaginativo, ya que de esa manera, limitada la influencia recibida al bodrio superfluo, sólo nos cabe ser pobre imitación de una sociedad del desecho, y resignarnos a una incultura galopante».
«En cuanto al lenguaje y construcción narrativa, Coover es un alumno aventajado del mejor Henry James, y su influencia es evidente en escritores como David Foster Wallace, Jonathan Franzen, Quim Monzó o Juan Francisco Ferré», añadió.
De Pinocho en Venecia señaló que «es una muestra sublime de algo que, como Borges en su momento, Coover ejecuta a las mil maravillas, la recreación de fábulas, mitos o narraciones clásicas en ambientes o situaciones excéntricas o épocas distintas al original».