Aunque el Teatro Central, como viene siendo habitual, es el último en anunciar su temporada y en su web nada se indica a estas alturas de la próxima que comenzará en octubre; los fichajes ya se han producido y algunas de las compañías contratadas ya anuncian en sus páginas digitales su paso por el escenario de la Cartuja durante los próximos meses.
Será el 7 de octubre cuando se reabran las puertas para escuchar el concierto de la banda sevillana de pop-rock Pony Bravo que festejará a su vez el 25 aniversario de la inauguración del Central. Además el grupo, que prepara su cuarto disco, inicia así su gira de otoño en la que volverán a repasar los principales temas de su trayectoria. Ese mes, los días 27 y 28, regresarán los integrantes de Troubleyn, la compañía del belga Jan Fabre que escribió una página fundamental en la historia de este espacio escénico con la representación el 5 de marzo de 2016 de Mount Olympus, una performance que duró 24 horas. En esta ocasión presentarán la nueva creación Belgian rules, con la que Fabre rinde homenaje a su país de origen (Bélgica) con un espectáculo que fusiona teatro y danza con un derroche de la vitriólica fantasía visual tan característica (y provocativa) de su firma.
Los días 1 y 2 de diciembre subirá al escenario el Centro Dramático Nacional (CDM), que trae de gira Así que pasen cinco años, de Federico García-Lorca; y dirigida por Ricardo Iniesta, cuya compañía Atalaya-TNT coproduce el montaje. «La leyenda del tiempo, como la subtitulara Lorca, tiene una profunda influencia del surrealismo, así como de la experiencia vivida por su autor en Nueva York. Ante la frialdad de la recepción por parte de sus más allegados solía decir que era una obra de ‘teatro imposible’ para su tiempo... que se valoraría cuando pasaran cinco décadas», recuerda Iniesta. Llegó pues la hora.
En febrero de 2018, los días 2 y 3 volverán otros fijos del Central, La Abadía, quienes mueven de gira He nacido para verte sonreir, de Santiago Loza, figura clave de la dramaturgia actual en Latinoamérica. «Exquisito texto sobre una madre y su hijo, y un vínculo que recrudece hasta el límite», ha dicho del montaje la crítica. Solo una semana después, el 9 y el 10, el Cullberg Ballet desplegará su obra Protagonist. Se trata de una parábola sobre los vínculos, la alianza y el afecto, pero también sobre el aislamiento, el control y el distanciamiento. Es una reflexión sobre la humanidad, una historia sobre la manera como se congrega la gente y cómo adopta y acepta roles. Antes, a finales de este año, y dentro de la programación familiar Lapso Producciones presentarán sus Clásicos Excéntricos, un espectáculo que reinterpreta grandes obras de la música clásica bajo el prisma del humor.
En marzo, los días 16 y 17, volverá a Sevilla la Needcompany que dirige Jan Lauwers. Guerre et térébenthine es la nueva creación que mostrarán; basada en la novela homónima de Stefan Hertmans. Se trata de uno de los montajes más radicales de cuantos veremos durante el curso 17/18 en el Teatro Central. Otros que repiten, y a los que no se les veía desde 2013 cuando presentaron la obra Ignorance, es la compañía internacional de marionetas The Old Trout Puppet Workshop, quienes estrenarán en España Underland, basada libremente en el poema sin sentido Jabberwocky que el escritor Lewis Carroll incluyó en su conocido relato Alicia a través del espejo.
Finalmente, y entre muchas otras propuestas, los días 6 y 7 de abril veremos una de las obras más celebradas durante el pasado Festival d’Avignon, Kalakuta Republik, del coreógrafo Serge Aimé Coulibaly. Este convierte el escenario en un night show africano que presenta un estrafalario y animadísimo espectáculo de variedades que, en su subtexto, viene a hablarnos de la apertura en África y de las ansias de libertad de gran parte de sus pueblos. Finalmente, el Central volverá a activar sus ciclos habituales: Jazz en Noviembre, Flamenco viene del Sur y Música(s) Contemporánea(s).