¿Qué pasará cuando ya no queden jedis?

Arranca la cuenta atrás para el estreno de la última película de ‘Star Wars’, una entrega no apta para alérgicos a las sorpresas

23 ago 2017 / 16:18 h - Actualizado: 23 ago 2017 / 19:44 h.
"Cine"
  • Foto de la prestigiosa revista Vanity Fair con Mark Hamill y Carrie Fisher, Luke y Leia.
    Foto de la prestigiosa revista Vanity Fair con Mark Hamill y Carrie Fisher, Luke y Leia.
  • Snoke, el jefe de los malos.
    Snoke, el jefe de los malos.
  • Ojo con los porgs.
    Ojo con los porgs.
  • Laura Dern hace de almirante rebelde.
    Laura Dern hace de almirante rebelde.
  • Crait, el mundo arcilloso donde dicen que hay una base rebelde.
    Crait, el mundo arcilloso donde dicen que hay una base rebelde.

Si algo dejan claro las estudiadísimas filtraciones de Disney acerca de Los últimos jedis –octavo episodio de Star Wars– es que la película va a irritar a quienes acudan a verla con ideas preconcebidas. Con los últimos compases de agosto se abre una cuenta atrás –113 días hasta el estreno mundial el 15 de diciembre próximo– en la que a dosis mínimas se van desvelando detalles de un serial que ha sabido hacer de la expectación un negocio.

El primero que se llevó las manos a la cabeza fue Mark Hamill, el actor que interpreta a Luke Skywalker, quien en un temperamental desliz verborreico declaró a la revista Vanity Fair que cuando leyó el guion se plantó delante de su autor, que además dirige la película –Rian Johnson– y le dijo que no le gustaba un pelo lo que había pensado hacer con su personaje. Viendo la que se había liado con sus palabras, Hamill corrió a matizar: «Lo que quise decir es que me sorprendió mucho su visión de Luke, y me tomó un tiempo llegar a entender su concepto del personaje, pero una vez llegué a entenderlo fue una experiencia emocionante. Espero que también lo sea para el público». Qué iba a decir. La rectificación tiene toda la pinta de haber sido una lectura de cartilla en toda regla por parte de la productora, así que ojo porque este nuevo Skywalker puede que esté tan, tan lejano de lo que se espera de él como la famosa galaxia del serial.

Que a nadie le extrañe si esa reinterpretación del personaje incluye un poco de material oscuro, por así decir; un paseo por la faceta menos heroica del otrora rubito paladín de la luminosidad. Porque si algo le gusta a Rian Johnson es precisamente eso: la grisura de las cosas, de las tramas, y los cadáveres que la gente guarda –metafóricamente hablando, claro– bajo sus alfombras, como atestiguan sus tres capítulos de Breaking Bad y sus largometrajes The Brothers Bloom (una historia de estafadores) y Looper (una de ciencia ficción, pero sobre organizaciones criminales). Que nadie se sorprenda si la película se pone a tontear con el lado más sórdido de la Fuerza y de sus integrantes, tanto héroes como villanos. Algo que ya empezó a mostrarse en Rogue One y que constituyó, hay que decirlo, uno de sus mayores aciertos, que no fueron pocos.

De lo que no se tiene ni idea es del papel que va a desempeñar Benicio del Toro: o no pintará gran cosa o la productora es tan lista que ha sabido guardarse un as en la manga frente a los amigos de reventar las películas (o de hacer spoiler, dicho en español del futuro). De la que sí ha trascendido algo más ha sido de la capitana Phasma (Gwendoline Christie para los amigos y para Hacienda), de la que Kathleen Kennedy, la presidenta de Lucasfilm, dijo ya antes incluso de la anterior entrega que sería «un villano espectacular» y que estaba llamada a ser un personaje crucial de esta última tanda. Ahora, la del uniforme cromado estrena lanza y puede que mayor protagonismo que en El despertar de la Fuerza. Laura Dern, por su parte, estará en el bando de los buenos interpretando a la almirante Amilyn Holdo, quizá no excesivamente bien avenida con Leia, que, esa sí que sí, va a ser junto con su hermano Luke –más aún que este– el personaje principal del nuevo capítulo, que supondrá todo un homenaje a la actriz Carrie Fisher, muerta el pasado 27 de diciembre no bien acabado el rodaje y elevada de inmediato a los altares por la feligresía galáctica, que espera de Los últimos jedis el mejor de los mausoleos para la princesa que más marcó su infancia.

Sobre el papel de Leia en la película, una filtración de Nerdist revela que la capturan los malos de la Primera Orden y se la llevan al pedazo de megadestructor del líder supremo Snoke –por cierto, ¿seguro que el emperador Palpatine, Lord Sidious, murió en El retorno del jedi? Hay ahí un parecido... Aunque la mayoría de las tesis, todas ellas descabelladas, prefieren creer que Snoke es el maestro de Palpatine. O sea, que el emperador, al lado de su maestro, habría parecido Bambi con hipotermia–. El suceso parece apuntar hacia un encuentro madre-hijo, es decir, de Leia con su churumbel Kylo Ren, que desde que mató a su padre no va mucho por casa.

Kylo Ren, interpretado por Adam Driver, es un fetichista de cuidado. No solo conserva la máscara achicharrada de su abuelo, Darth Vader, sino que por lo visto le ha dado por el coleccionismo sith y ahora quiere también el collar de Luke, que contiene el cristal kyber rojo que llevaba en su sableláser el tipo de la máscara y el respirador. ¿Motivaría eso que el malo narizotas saliera en busca de su tío Luke para darle la del wookie (siguiendo su línea de trato con la familia)? El revisteo norteamericano sostiene que es lo más probable.

Entre las novedades de Los últimos jedis están: Crait, el planeta de arcilla; los príncipes de Inglaterra, William y Henry, que hacen un cameo; Canto Bight, una especie de Las Vegas sideral; Ach-to, el hogar de pedruscos de Luke... Y atención, peligro: una nueva especie de bichitos que viven en este planeta, los porgs, una especie de cruce entre un pingüino y un castor, pero con los ojos del gatito de un meme. Horreur. ¿O no? Dice la Disney que esta película no se va a parecer en nada a las anteriores, y el propio Mark Hamill promete que los aficionados se van a quedar «impactados» ante tantísimo elemento «inesperado». Un detalle: el director, Rian Johnson, le pidió al músico John Williams que, al contrario de lo que es costumbre, compusiera la banda sonora antes de que se hiciera la película para inspirarse con ella. Eso solo lo dice alguien que piensa hacer algo muy, muy grande.