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El guitarrista Manolo Sanlúcar ha sido galardonado recientemente con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. / EFE
El guitarrista Manolo Sanlúcar, recientemente galardonado con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y que recibe hoy un homenaje por su implicación con el Festival de la Guitarra en Córdoba, ha resaltado que el hecho de que «un chino se arranque por bulerías engrandece el flamenco».
«Ningún beso supera al de una madre» ha respondido a Efe Manolo Sanlúcar preguntado si el homenaje del Festival le parece «pequeñito» al compararlo con el galardón del Ministerio de Cultura, y ha explicado que «cuando tu gente te da un beso en forma de homenaje, no hay nada que se pueda comparar».
El guitarrista sanluqueño ha asegurado que «aunque tenga los mayores premios del mundo, recibir el calor de tu gente no se compara con nada».
Y es que, como buen gaditano, Manolo Sanlúcar nace donde le da la gana: «yo me confieso andaluz, no soy de ningún sitio y soy de todos, he aprendido a amar a cada provincia por igual».
Asiduo al Festival de la Guitarra de Córdoba, donde además de actuar ejerce como docente para jóvenes llegados de todo el mundo, Sanlúcar ha comentado que ese sentimiento de la patria de Blas Infante le viene porque «la cultura de mi alma es el flamenco» donde las alegrías, vienen de Cádiz; las bulerías, de Jerez; la soleá, de Sevilla; los fandangos, de Huelva.
«Todas las provincias conforman el acervo cultural y musical del flamenco», ha sentenciado el maestro.
Maestro encima del escenario y debajo de él porque su pedagogía es como el arte que enseña, universal: «intento -dice- enseñar de una manera académica porque los alumnos de China, Canadá o La Patagonia aprenden música en la escuela con técnica».
«Me siento muy responsable de la trasmisión del flamenco, siento que estoy destinado a eso y lo hago con muchísima ilusión» ha comentado después de su última lección dentro del curso «Naturaleza y forma de la guitarra flamenca» que ha concluido hoy.
Como anécdotas de sus «pupilos», Sanlúcar ha contado que tiene un alumno finlandés profesor de una escuela que «cuando toca no sabes si es de Sevilla o de Finlandia».
También se ha referido «a un chico griego que me tiene loco perdido, no para de arrancarme olés».
Sin embargo, el gaditano ha confesado que «aprender flamenco en Jerez» se hace de una manera muy natural: «en una fiesta una mujer da de mamar a su hijo tocando las palmas por bulerías y eso no pasa en China».
No obstante, las nuevas generaciones de extranjeros ya vienen habiendo escuchado mucho flamenco y estudian la técnica con una profunda admiración por este arte, ha explicado Sanlúcar.
Por eso, él trata en sus clases de «hablarles en su mismo lenguaje, la teoría musical», aunque «tú le preguntas a un flamenco la estructura de una bulería» y te contesta: «con eso hay que nacer».