¿Quién quiere un Murillo por 35.000 euros?

‘Cabeza de San Pedro’ se subasta en Madrid dentro de dos semanas con un precio de salida ‘low cost’

22 jun 2017 / 17:51 h - Actualizado: 22 jun 2017 / 20:35 h.
"Pintura"
  • ‘Cabeza de San Pedro’, cuadro de Bartolomé Esteban Murillo que sale a subasta este verano en Madrid.
    ‘Cabeza de San Pedro’, cuadro de Bartolomé Esteban Murillo que sale a subasta este verano en Madrid.

Sale a subasta por 35.000 euros, pero aunque en la casa de subastas madrileña Fernando Durán lamentan «no disponer de una bola de cristal» –que sería muy conveniente en estos y otros asuntos–, confían en que el pequeño cuadro titulado Cabeza de San Pedro «supere con mucho esa cifra» cuando se abra la puja el 6 de julio. Lo decía ayer su responsable de arte antiguo, Víctor Marco, quien destacó que «no es habitual» encontrarse en el mercado con un óleo del sevillano Bartolomé Esteban Murillo, «aunque suele aparecer alguno de vez en cuando», por diversas razones: necesidades económicas de su propietario, movimientos de coleccionista, repartición de una herencia, fallecimiento del dueño... «La casuística es infinita». En este caso, todo cuanto pueden decir en la casa de subastas antes de sentirse incómodos con las preguntas –es natural: la discreción forma parte de su trabajo– es que procede «de una buena colección particular».

El precio que alcance es, en efecto, imprevisible. Como señala el experto, «hay veces en que se presenta una obra formidable que ni siquiera se vende y otras en que sí». No hay un manual de instrucciones al respecto. Eso forma parte de los atractivos de esta subasta, que se hará en la galería que tiene esta firma en la calle Conde Aranda, 23, de Madrid. La pintura, de 40x30 centímetros y sobre la que ha informado el experto Enrique Valdivieso, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, reproduce exactamente la cabeza y el busto de San Pedro del Apostolado conservado en la Galleria Nazionale di Parma y, según explicó Marco, puede que interviniera en su factura el taller de Murillo. Porque era común en el Barroco que, cuando una obra tenía éxito, «el pintor la repetía alguna que otra vez», trazando él en persona el motivo para que lo completaran sus aprendices.

Además de esta valiosa obra, la firma Fernando Durán reúne para la subasta del 6 de julio una amplia venta de obra de pintura antigua, todas ellas pintadas sobre tabla, entre las que destaca asimismo otro San Pedro de extraordinaria factura que repite un modelo creado por el flamenco Michel Coxcie. Aparte de este lote, de la escuela valenciana destacan un par de obras atribuidas al Maestro de Perea y a Felipe Pablo de San Leocadio, esta última representando a San José con el Niño. Antes de cerrar el capítulo de la pintura sobre tabla, mencionar tres piezas de Antonio Vázquez que formaron parte de un mismo retablo, hoy descabalado y en el que aparecen representados los donantes que costearon la obra.

En el apartado de la pintura barroca destaca el retrato flamenco de María de Médici, Reina de Francia, en el que la retratada viste el traje de viuda, que en el pasado formó parte de las colecciones Leganés y Altamira. Destacan también la Caída de San Pablo de Luca Giordano, procedente de la colección del comendador alemán Otto E. Messinger; y un doliente Ecce Homo de Antonio del Castillo que figuró en la última exposición monográfica dedicada al pintor. Cierran este capítulo dos ejemplos de la pintura colonial.

El siglo XVIII queda representado con el óleo de Agustín Esteve Retrato de don Pedro de Alcántara Téllez Girón y Pacheco, IX Duque de Osuna y La Magdalena en el desierto de Antonio González Velázquez. Del siglo XIX, sale la serie de cinco lienzos de Rafael Romero Barros que recogen pasajes de la infancia de Cristo. También un gran lienzo de John Phillips de La Feria de Sevilla que plasma a la perfección la visión romántica que en el siglo XIX se tenía de nuestro país en otras naciones europeas. Del gran Raimundo de Madrazo sale a subasta La traslación de los restos del apóstol Santiago a la sede de Padrón, la primera obra que el artista presentó a una exposición nacional.

Y por último, del siglo XX salen a la venta un estudio de Joaquín Sorolla para el cuadro La vuelta de la pesca, que se conserva en el Musèe d’Orsay; y de Joaquín Mir, el Jardín de la casa del pintor.