Rancapino Chico grabará su primer disco en Mairena del Alcor

Serán tres días de grabación, 28, 29 y 30, en la Huerta de la Paz, una hermosa finca mairenera por la que van a pasar estos tres días algunos artistas y críticos

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
24 nov 2017 / 09:26 h - Actualizado: 24 nov 2017 / 09:29 h.
"Flamenco","La Gazapera"
  • Imagen de una actuación del cantaor Rancapino Chico. / El Correo
    Imagen de una actuación del cantaor Rancapino Chico. / El Correo

El hijo del veterano cantaor Alonso Núñez Núñez, Rancapino, que se hace llamar artísticamente Rancapino Chico, chiclanero como su padre, ha elegido la localidad sevillana de Mairena del Alcor para la grabación en directo de lo que será su primer trabajo discográfico, Por amor a mi arte.

Serán tres días de grabación, el 28, 29 y 30 de este mes, en la Huerta de la Paz, una hermosa finca mairenera por la que van a pasar estos tres días algunos artistas y críticos, entre otros el afamado exmatador de toros Curro Romero, admirador del joven maestro de Chiclana, como lo es también de su padre, porque al Faraón de Camas le gusta el cante de pellizcos morenos.

Rancapino Chico quiere que su primer disco sea un homenaje a los maestros de un arte que tanto le está dando, porque en poco tiempo se ha convertido en una de las nuevas voces más reclamadas en festivales, peñas y ciclos culturales del país. Su cante sentido, ajustado en el compás y de marcado estilo gitano ha enamorado a cientos de aficionados de toda España, y como es un chaval agradecido quiere que su primera obra sea un reconocimiento a los grandes maestros del arte jondo.

Mairena del Alcor es de las localidades sevillanas con más solera flamenca de Andalucía, sobre todo a raíz de la irrupción en el cante de Antonio Cruz García, el gran maestro Antonio Mairena, el miembro más destacado de una familia de cantaores, la que se conoce como la Casa de los Mairena, los hermanos Antonio, Curro, Juan y Manuel Mairena, hijos de un gitano de El Coronil, el herrero Rafael Cruz Vargas, de la familia de la Niña de los Peines, y de una gitana mairenera, Aurora García Heredia.

Esto no quiere decir que Mairena no fuera una tierra cantaora antes de la llegada de esta familia flamenca, porque se sabe que sí lo era y que siempre ha tenido un buen puñado de buenos cantaores aficionados como Coquilla, Marín o Diego Manolete, el padre de Hornerito. Pero no eran artistas profesionales, sino gente del campo o de los negocios que cantaban muy bien por tonás, soleares, seguiriyas o saetas, los palos que más gustan en este pueblo desde que hay memoria flamenca.

Por tanto, Rancapino Chico no ha elegido Mairena del Alcor para grabar en directo su primer disco porque haya buenas naranjas o su célebre feria, la más antigua de Andalucía, sino por ser una de las catedrales del cante jondo o gitano-andaluz, como llamaba Antonio Mairena a este arte. Lo ha hecho por ser la cuna de los Mairena, sobre todo de Antonio, maestro al que tanto él como su padre adoran. Y porque, aunque ya no vive, su eco gitano sigue viviendo en el paisaje, tanto en las calles como en las huertas. No solo el de don Antonio, sino los de Curro y Manuel, además de los de aquellos otros grandes maestros que tanto influyeron en la creación de la escuela mairenera, como fueron Manuel Torres, Joaquín el de la Paula, Juan Talega, El Gloria o los Pavones.

Que un cantaor joven como es Alonso Núñez haya decidido grabar en Mairena su primer disco, Por amor a mi arte, es una prueba irrefutable de lo buen aficionado que es, además de buen cantaor. Y en los tiempos que corren, con tanto flamenquito de discoteca y camelos, esto es un tesoro. Así que, quede como quede la ópera prima del chiclanero, palmas a compás para el joven artista y para quienes le van a ayudar a que la empresa llegue a buen puerto.